El 26 de setiembre de 2018 y el 22 de abril de 2019, publiqué Columnas de Opinión sobre el descubrimiento y posibilidades del hallazgo de un yacimiento de litio en la Región Puno. Uno de los comentarios que recibí a la segunda de dichas columnas, que transcribo a continuación y proviene de un colega ingeniero con el que trabajamos relativamente cerca en una empresa de servicios de primer nivel hacen ya varios años, es muy claro en demostrar que la preocupación que he puesto de manifiesto a raíz de dicho descubrimiento y la posibilidad de que se convierta en uno de los primeros a nivel mundial, si no el primero, es totalmente válida y que, dada nuestra negra historia de robos y saqueos de riquezas naturales, está plenamente justificada. El texto del comentario que cito, es el siguiente:
Hace unos meses el CIP (Colegio de Ingenieros del Perú) organizó una Conferencia del Litio. De las exposiciones se puede concluir que ¨Los funcionarios del Ministerio de Energía y Minas están prestando todo para que siga la misma ruta que todos los minerales en nuestro País. SEGUIR REGALANDO NUESTRAS Riquezas. No obstante estamos formando un GRUPO DE INVESTIGADORES para que el LITIO considerado el ORO DEL SIGLO XXI se INDUSTRIALICE y no se EXPORTE. Para que PUNO la región Sur y el Perú se beneficie. NO MAS ENTREGUISMO” (sic).
El 18 de julio del año en curso, el diario El Comercio publicó una nota periodística en la que dio a conocer el interés, manifestado por el viceministro de Comercio Exterior y Promoción de Suecia, Niklas Johansson, de varias empresas escandinavas, en las reservas de litio del Perú y otros países en Sudamérica: dichas empresas buscan ser parte de la cadena de suministros del metal en la región. Menciona el artículo que el litio, conocido como oro blanco, necesario para la fabricación de baterías de autos eléctricos, ha despertado interés en diversos gobiernos y fabricantes de automóviles ante la expectativa de una futura gran demanda de vehículos eléctricos. En la nota, también indica el alto político sueco, que en el suyo, como en varios otros países, se están preocupando además de cómo van a obtener todos los minerales necesarios para el futuro de la electrificación automotriz, que no es sólo litio, sino también el cobre que es muy importante en el Perú (seguimos siendo el segundo país productor a nivel mundial).Termina la noticia, mostrando la preocupación de la autoridad sueca por el posible control chino del mercado de baterías de litio (actualmente produce casi dos tercios de las existentes en dicho mercado).
Cabe anotar que en el artículo que transcribo casi literalmente, se mencionan dos asuntos importantes: “Nuestro país está esperando ingresar al mercado con sus reservas propias de litio”; y, que “El año pasado la canadiense Plateau Energy Metals (principal de la peruana Macusani Yellowcake, que hizo el anuncio en el Perú) anunció el hallazgo de 2.5 millones de toneladas de recursos del mineral de alta ley en el sur peruano, lo que podría convertir a la mina de litio en la más grande del mundo”.
Tengamos en cuenta que la revista especializada Rumbo Minero, publicó el 13 de mayo de este año que la minera Macusani Yellowcake prevé iniciar las operaciones de su primera planta para la explotación de litio el año 2022, tal como lo anunció su Gerente General Ulises Solís, el cual añadió que se encuentran en etapa de exploración y que, al 31 de diciembre de 2018, las reservas calculadas de carbonato de litio equivalente alcanzan a 4.71 millones de toneladas. Esto significa que, asumiendo un precio de 10 mil dólares por tonelada de litio (la cotización actual del mercado es de 12,500 dólares por tonelada), el valor de dichos yacimientos es de 50 mil millones de dólares.
Aparte de este último artículo, no me ha sido posible captar nada adicional al respecto en los medios de difusión, lo que a mi modo de ver implica que los responsables del desarrollo de la producción de litio en el Perú, esto es Ministerio de Energía y Minas, en primer término, así como el Congreso de la República como ente fiscalizador del anterior, no están cumpliendo lo que por ley debieran en cuanto a esta riqueza, porque los medios de difusión lo publicarían; cabe, también pensar, que por debajo de la mesa unos u otros o ambos, estén tejiendo redes tendientes a la apropiación ilícita de grandes y poderosos capitales en desmedro de nuestro muchas veces saqueado país.
Toca a la Sociedad Civil, que somos todos, defender nuestros propios intereses, para evitar, después, lamentos y herencias negativas a nuestra propia posteridad.
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