Este domingo 11 de agosto, los limeños en particular y los peruanos en general, tuvimos oportunidad de asistir, vía dos canales de televisión de señal abierta, al evento de clausura de los Juegos Panamericanos Lima 2019, espectáculo de primer nivel que nos mostró el cierre oficial de los juegos deportivos más importantes de nivel internacional después de los Juegos Olímpicos, que por primera vez se realizaron en el Perú.
Como dice el título de esta Columna de Opinión, considero que para todos los peruanos que hemos podido apreciar parcial o totalmente estos Juegos, así como sus ceremonias de Inauguración (de la que no pude ser testigo por razones personales) y de Clausura, es un regalo que nos ha dado la vida y, que la excepcional ceremonia de cierre de este gran evento deportivo ha sido algo que nadie podía imaginar, haciéndonos sentir orgullosos por haberse dado en el Perú. Un comentarista televisivo, al término del espectáculo, tuvo una expresión que sintetiza todo al calificarlo: maravilloso, no hay nada que añadirle.
Fue muy grato escuchar al Presidente de Panam Sports, Neven Ilic de nacionalidad chilena, declarar públicamente que los de Lima han sido los “mejores Juegos Panamericanos de la Historia”, que los peruanos “todo lo hicieron bien”; que hemos puesto “la valla muy alta” para todos los próximos países y ciudades organizadoras, empezando por su propio país de origen, en donde se realizarán los próximos Juegos Panamericanos (Santiago 2019, así se llamarán).
Al señor Carlos Neuhaus, Presidente del Comité Organizador de estos Juegos, debemos dedicarle un homenaje particular, porque habiendo recibido el encargo el año 2016, tras el fracaso de dirigencias anteriores, se comprometió y cumplió con tener a tiempo toda la infraestructura requerida y ofrecida por el Perú para ganar le sede de estos Juegos Panamericanos (desde el 2013, en que perdió la sede frente a Toronto, que organizó los Juegos de 2015). De acuerdo a las informaciones que han empezado a aparecer en los medios de difusión, la organización a cargo del señor Neuhaus se mantuvo dentro de lo presupuestado y nunca recurrió a aportes financieros adicionales: innegable mérito del señor Neuhaus y del equipo que lo acompañó.
Otra mención especial se debe hacer al señor Luis Quequesana, director musical de todo este programa, así como del de inauguración. En realidad, se debe ser muy, pero muy bueno en su especialidad, para idear y luego dirigir este espectáculo, que contó con muchos bailarines y grupos de los mismos, que desfilaron en perfecto orden por el escenario creado en el Estadio Nacional. No se podría haber dicho que este ha sido el mejor de los Juegos Panamericanos de la Historia, si no se hubiera contado con espectáculos tan hermosos como los de apertura y cierre de los Juegos y, eso, se lo debemos al señor Quequesana: ¡Muchas gracias a él!
A los cuerpos musicales, porque dieron todo de sí para lograr la perfección que alcanzaron. Todos y cada uno de ellos son, también, merecedores de nuestro más emocionado agradecimiento, porque han dejado muy bien puesto el nombre del Perú y, eso, no se alcanza sin la voluntad general. Gracias, también a ellos.
A los voluntarios, que en número de 11,310 pusieron todo de su parte para alcanzar el éxito que se logró. Es indudable que los voluntarios dejaron de lado sus intereses materiales y personales para poner al servicio de este magno objetivo lo mejor de sí mismos, contribuyendo a que de la máxima autoridad de la entidad que tiene a su cargo la realización cada cuatro años de estos Juegos Panamericanos salieran palabras que a todos los peruanos nos han llenado de orgullo: que nunca antes se habían realizado Juegos tan perfectos como los de Lima 2019.
Al cantautor nacional Gian Marco Zignago, quien debe haber sentido la valla muy alta para afrontar el número de cierre de este evento; quiero interpretar lo que debe haber sentido al estar por salir al escenario del evento, a pesar de ser un artista de la talla que él tiene: después de tan maravilloso espectáculo, le debe haber resultado, por lo menos motivo de nerviosismo, salir a cerrarlo ante más de 50,000 espectadores presentes y millones de los que estábamos frente a un televisor apreciándolo. Pero lo hizo muy bien, a la altura de lo que de él se podía esperar, manejando las emociones de tanta gente, cuando al final de su intervención hizo cantar a los asistentes el que se ha convertido en una especie de Segundo Himno del Perú, Contigo Perú. Gracias, también, Gian Marco.
A quienes tuvieron que ver con la organización paralela del orden y de la mejor atención para los deportistas, en especial la delincuencia tan presente en nuestro día a día y el caótico tráfico limeño, entre quienes destaca principalmente la Policía Nacional, porque no se ha conocido de ninguna denuncia o reproche por problemas de seguridad, tanto para deportistas como para visitantes en general. En cuanto al tráfico limeño, se hicieron esfuerzos para entorpecer lo menos posible los desplazamientos de los deportistas que en particular debían hacerlos; el problema no alcanzó los ribetes que los residentes en Lima conocemos y somos víctimas, lo que se plasmó en declaraciones anteriores del mismo presidente de Panam Sports, quien dijo que denuncias de ese tipo aparecidas en un diario de su país (nada menos que El Mercurio) estaban equivocadas en cuanto a su magnitud.
A los deportistas en general, por su participación en las diversas competencias y, a los peruanos en particular, por haber logrado la mejor performance de todas las representaciones peruanas en los Juegos Panamericanos, alcanzando un total de 39 medallas entre oro, plata y bronce, siendo la oportunidad en que más medallas de oro se ganó (once) que en la suma de todas las logradas anteriormente. Sin los deportistas que participaron, no habría podido alcanzar este magno evento la brillantez que alcanzó.
Finalmente, al público peruano que acompañó y alentó en todas las competencias a los deportistas nacionales, logrando que el señor Ilic, en su alocución de clausura de los Juegos Lima 2019 lo mencionara como La Hinchada N° 1 del Mundo, que se hizo presente en estas competencias y no dejó de alentar a nuestros participantes en ningún momento, dando mayor colorido a las competencias.
Considero que a la mayoría de los peruanos que hemos disfrutado en grado sumo con estas actividades deportivas, su contemplación nos ha llenado de tanta satisfacción y orgullo, que bien podemos decir, ¡Valió la pena vivir para verlo!
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