Desde que se inició el presente período de autoridades municipales, el Alcalde del distrito limeño de La Victoria se lanzó, “con todo”, a desalojar a los vendedores ambulantes de las calles del complejo mercantil de Gamarra. No sin lucha, ni sin esfuerzo y tiempo dedicados a ese fin, lo logró y, que se sepa, aún se mantiene limpio de ambulantes todo el complejo, a pesar del tiempo ya transcurrido desde entonces y, de que en el Perú estamos acostumbrados a que acciones de este tipo se realizan hoy y mañana los desalojados vuelven a ocupar las mismas instalaciones que tenían antes, con el agregado de que el número de ambulantes (como es el caso bajo comentario) generalmente se incrementa.
Es cierto, que el señor Forsyth cuenta con un brazo derecho que lo ha apoyado muy decidida y decisivamente en esta como en posteriores gestiones, la señora Susel Paredes, Gerenta de Seguridad Ciudadana de esa comuna, pero el mérito de esa gestión se lo ha ganado el señor Forsyth de manera abrumadora. Posteriormente, hemos sido testigos de otras intervenciones de envergadura similar llevadas a cabo por el mismo equipo municipal; sin embargo, el complejo Gamarra es emblemático, por muchas razones: porque es, quizá, el lugar comercial donde se mueve más dinero en todo el Perú, si consideramos las operaciones que tienen lugar día a día, sin parar; o, también, porque era un lugar a donde acudía tanta gente, que desplazarse por el mismo resultaba difícil; asimismo, porque los delincuentes gozaban casi de total impunidad para cometer sus delitos en cualquier momento y lugar del complejo; en fin, porque era atractivo desde todo punto de vista comercial.
Para bien o para mal, esta gestión del Alcalde de La Victoria ha traído consigo una situación de competencia o compromiso para los demás alcaldes de la provincia de Lima y, por qué no decirlo, del resto del país: les ha puesto la “valla muy alta”, porque ellos tienen que emularlo, no les queda más remedio. En el tiempo transcurrido desde esa primera gesta, ya se han producido algunos casos de emulación, pero ninguno (incluido el caso de Mesa Redonda, en donde se ha visto obligado a intervenir el propio Alcalde Provincial de Lima Metropolitana) ha llegado a alcanzar los niveles de aprobación que el señor Forsyth logró sólo con su acción en Gamarra.
Creo poder asegurar, sin por eso sentirme adivino o pitoniso que, de seguir así, George Forsyth sería muy bien visto como candidato a la Presidencia de la República, en un plazo bastante próximo. Y no es que me sienta o no admirador de él (creo conveniente decir que nunca fui su hincha como arquero del Alianza Lima, porque siempre lo fui de Universitario de Deportes), es que visualizo la posibilidad de que le daría otra forma de hacer política y, por consiguiente, de gobierno al Perú; creo que involucraría el sinceramiento de los procedimientos de gestión, en general, eliminando a tanto indeseable que tenemos en el aparato burocrático del país, acortando plazos de ejecución, desterrando la corrupción y un largo etcétera que constituyen lastres para el desarrollo del Perú pero, sobre todo, que un cambio de esa naturaleza mejoraría el nivel y el estándar de vida de los peruanos, de todos los peruanos.
Tampoco, quiero significar que lo estoy lanzando como candidato a la primera magistratura de la República; simplemente, creo que los peruanos somos muy amigos de endiosar a personas que destacan por sus actos. Si, como en su primera y hasta hoy más llamativa gestión, el señor Forsyth continúa demostrando mano firme y honestidad a toda prueba, sería justo que con él sucediera en este aspecto lo que ha ocurrido ya anteriormente con otros personajes que, lamentablemente, han dejado luego mucho que desear.
Volviendo al ejemplo a seguir que ha dado, me atrevo a asegurar que si las demás autoridades locales llegan a emularlo, no sólo no defraudarán a sus electores, sino que estos sentirán que acertaron en elegirlos. Por lo tanto, la valla que ha puesto el señor Forsyth sólo puede ser considerada muy alta por aquellas autoridades que han alcanzado el título de tales como producto del voto popular, sólo para medrar en tales cargos.
Jorge, esa es sólo una circunstancia momentánea: ¿a cuántas Copas Libertadores ha ido tu Municipal y a cuántas La U?, ........... sólo por hacer una pequeña comparación. Al margen de esto, de lo que ni tú ni yo nos vamos a mover ni un milímetro, hay algo que no te he dicho respecto a tu comentario: lo tomo como una (o, más de una, en realidad) crítica constructiva y, de esas, necesito bastante, por lo que te pido las sigas haciendo, esperando que no te signifique ningún tipo de molestia. Gracias adelantadas.
Estimado Alfonso, también te equivocas en lo relacionado al fútbol. Parece que no estás enterado que el Domingo pasado jugaron La "U" y el MUNI, habiendo salido victorioso el ECHA MUNI por 4 a 2, y más aún, en el Monumental de Ate. Parece que ni de locales triunfa La "U".
Jorge, te agradezco el comentario, en especial el hacerme ver que estoy omitiendo algo importante; sin embargo, permíteme decirte que mi propósito ha sido incentivar a las demás autoridades a que sigan el ejemplo; y, a quienes tengan la amabilidad de leer lo que escribo, que rescaten lo positivo, lo que no es usual. Todo estaba muy bien, hasta que hablaste de fútbol: creo que no sabes lo suficiente: La "U" es mejor .....
Zandra, muchas gracias por tu comentario. Creo que "me pasé" de optimista, respecto al futuro político de Forsyth; en realidad, lo que he pretendido hacer notar, es que la opinión pública peruana puede "endiosarlo" muy fácilmente, pero también, que necesitamos cambiar nuestras autoridades, para mejorar.
Alfonso, también concuerdo contigo, espero que el señor Forsyth siga teniendo las agallas que ha demostrado hasta ahora, si es así, por que tengo la certeza que sí existe gente honesta, demostrará como dices que sí se pueden hacer cambios. Creo debemos tener presente que no es "perfecto" por lo que debemos ser objetivos al calificar su gestión y no hundirlo por cosas sin importancia como solemos hacer.
Por si acaso, soy hincha del Muni. El echa Muni, Muni campeón.