Hasta en dos oportunidades anteriores en forma directa (noviembre 2018 y octubre 2019) y, una tercera en forma indirecta (mayo 2019), he dedicado Columnas de Opinión al Turismo, como fuente de ingresos desaprovechada por el Perú, a lo largo de su existencia republicana.
Naturalmente que a quien toca poner el tema sobre el tapete es al Gobierno, pero ninguno de los que hemos tenido se ha ocupado verdaderamente del mismo: no se puede decir, porque durante el primer año de gobierno de Alejandro Toledo se creó el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (23 de julio de 2002), que dicha gestión gubernamental se ocupó debida y organizadamente del Turismo en el Perú; tan sólo, se dio rango de viceministerio a todo lo que engloba la actividad turística, pero no se hizo más de lo que ya existía en materia de disposiciones vigentes al respecto; al menos, nada por desarrollarlo verdaderamente.
Recientemente (20 de enero último), en su suplemento financiero (Día 1) el diario El Comercio dedicó sus páginas centrales a la expectativa que se tiene en el área turística porque este año se alcance un crecimiento del orden del 10 % en el sector. Este optimismo, se debe a factores reales, aunque no necesariamente cumplibles porque así lo estimen los encargados o lo esperemos los peruanos, a saber:
- Conflicto bélico actual entre Estados Unidos e Irán en el Medio Oriente. Esta situación, no deseada a nivel internacional, reorientaría los destinos de muchos turistas, que los cambiarían de Egipto y Marruecos hacia Latinoamérica y especialmente hacia el Perú.
- Los conflictos sociales que están afectando a varios países sudamericanos. En diversa medida, países de nuestro subcontinente, como Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile, se están viendo en situaciones que ahuyentan a los turistas, por lo que no serían competencia para atraer turistas.
Si estas elucubraciones se concretaran, es cierto que podría llegar una cantidad de turistas mucho mayor al que su crecimiento natural (anual) supondría, pero frente a esta posibilidad -lo dice también el artículo en mención- quienes tienen a su cargo el Turismo en el Perú, deberían adoptar y aplicar estrategias adecuadas para promover apropiadamente al Perú, como destino turístico.
Por ejemplo, si la estadística dice que los principales países generadores de turistas o “mercados emisores” de los mismos hacia el Perú, son Estados Unidos, Canadá y Méjico en Norteamérica y España en Europa, así como que a nivel internacional Gran Bretaña y Japón son mercados emisores de turistas de buen poder adquisitivo todos los años, los agregados comerciales en nuestras respectivas embajadas deberían ser portadores e impulsores de políticas agresivas de publicidad para el turismo hacia el Perú, empezando de inmediato.
Entre el presente año y el próximo, se llevará a cabo la feria de turismo, gastronomía y entretenimiento Dubai 2020, en la que Prom-Perú representará a nuestro país; esa, es una ocasión que no debe dejar de ser una vitrina muy importante que hay que aprovechar, porque a la misma asistirán cerca de 200 países, con lo mejor de la oferta que puedan presentar a la misma.
De hecho, a nivel publicitario, no debe quedarse dormido el Gobierno Peruano; debe buscar y aplicar maneras inteligentes y efectivas de que se logre el gran propósito de atraer turistas, cada vez en mayor número. Cabe anotar que, durante el año 2019, el turismo habría generado el ingreso de no menos de 4895 millones de dólares americanos a nuestro país.
Sin embargo, lo anterior no es lo único que hay que hacer; se requiere una mayor y mejor infraestructura aeroportuaria y/o aprovechar la existente, por ejemplo mediante la descentralización de Lima como destino internacional único en el Perú. Es necesario que se eleve el nivel (a internacional) de algunos aeropuertos en nuestro país; el artículo de El Comercio propone los de Piura, Iquitos, Chiclayo, Arequipa y Cusco, como nuevos “hubs” o ejes de destino aeroportuario, además del Jorge Chávez; asimismo, que se habilite el de Pisco para que sirva de punto de llegada para aquellos viajeros que no van a desembarcar en el Perú, pero que deben hacer escala por cuestiones de itinerario de sus vuelos.
Aparte de esto último, también es urgente y necesario capacitar a nuestra población, especialmente a la que forma parte del entorno de los destinos turísticos a publicitar, para que los turistas se sientan bien atendidos en nuestro país, tengan el deseo, la necesidad de regresar, porque aún les queda mucho por conocer y disfrutar al visitarnos, así como que sean la primera y mejor propaganda de las bondades turísticas de nuestro país.
El Gobierno, por intermedio del Viceministerio de Turismo, debe dedicar todos sus esfuerzos a concretarlo.
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