TRANPARENCIA GUBERNAMENTAL

Con motivo de su toma de posesión como Presidente de la República en calidad de interino, el señor Francisco Sagasti prometió gobernar con total transparencia, con excepción de lo relativo a la defensa nacional y el orden interno, lo que se considera lógico.

Sin embargo, se acaba de producir una especie de cisma en el Ministerio del Interior, efectuándose el cambio del hasta entonces Comandante General de la Policía Nacional y de 17 generales más, nombrándose en reemplazo de la máxima autoridad mencionada, al general César Augusto Cervantes Cárdenas.

Si bien es de entender que esta medida puede ser incluida en el “paquete” encerrado en la expresión “orden interno” y, por consiguiente, forma parte de la excepción a que se refirió el nuevo Presidente de la República en su discurso de toma de posesión del cargo, no se puede negar que la opinión pública ha quedado anonadada por lo que evidentemente constituye una sanción excepcional, por la cantidad, a la alta oficialía de la PNP. No de otra manera se puede suponer que se haya procedido a dar de baja a tantos generales, poniendo a la cabeza del cuerpo policial al que ocupaba el número 18 del escalafón, así como ascenderlo a Teniente General para poderlo nombrar en el cargo.

Y es que dar de baja a tantos oficiales de la más alta graduación, para nombrar en el cargo más elevado a un general que, además, debe ser promovido para ocuparlo, es algo que no sucede así no más; peor, aún, si no se dan explicaciones a la ciudadanía. Porque no se puede concebir que sean explicaciones dichos aislados del Ministro del Interior o del propio Presidente de la República respecto a que de los 18 sólo tres no estaban comprendidos entre los responsables del abuso policial en las marchas ciudadanas o, que habían actuado dolosamente en las adquisiciones motivadas por la pandemia que viene azotando al Perú y al Mundo en la mayor parte de este año 2020.

¿En qué quedó la transparencia? ¿Es, lo que está sucediendo, parte de la reorganización institucional que se viene mencionando hará el actual Gobierno en la Policía Nacional del Perú? Las actuales autoridades del Poder Ejecutivo, con el señor Sagasti a la cabeza, no deben ni pueden suponer que dejar a la ciudadanía a oscuras de medidas que dictan, va a ser aceptado como una “excepción” lógica a la transparencia que tienen ellos permiso implícito para aplicar. Los peruanos necesitamos que se nos diga el porqué de las cosas; no el detalle de lo que van a hacer, especialmente si se trata de la defensa nacional o del orden interno, si el secreto de cómo se va a actuar es parte de la necesidad de los actos a realizar o realizados, para que tengan éxito. De ahí, a no informarnos de nada o “soltar” una que otra “prenda” como quien no quiere la cosa y cuando a tal o cual autoridad le parece, hay una distancia realmente sideral.

Quienes están procediendo de esta manera, deberían tener muy presente que la población ha estado muy convulsionada hasta hace poco y, probablemente, que debe necesitar de apenas un “pequeño empujoncito” para producir nuevos movimientos como los que muchos lamentamos. Por otro lado, las mismas autoridades a que me refiero, deben haber tomado conocimiento, antes que muchos, entre los que me cuento, que en redes sociales ya están circulando versiones de que el señor Francisco Sagasti, el señor Max Hernández y algunos miembros más del equipo de Gobierno actual, son gente de la ultra izquierda y que van a tratar de convertir al Perú en una especie de Venezuela, Nicaragua, Cuba y otros países latinoamericanos más, a los que ya estarían tratando de convertir en comunistas, a la usanza de los primeros nombrados: ¿van a dar motivo para que creamos en lo que hasta ahora parece un infundio?

Si se ofrece que se va a gobernar con transparencia, ¡hágase!: los peruanos ya estamos hartos de que nos engañen, además de que necesitamos saber el porqué de las medidas que se adoptan y aplican.

Por otro lado, para la ciudadanía en general, no es ningún secreto que miembros de la Policía, retirados y en servicio, están seriamente descontentos con la medida; supongo que una razón principalísima es la falta de explicaciones que la justifiquen al respecto. Hasta se acaba de convocar al Ministro del Interior al Parlamento, para que explique la medida adoptada -en la que, lamentablemente el congresista y candidato a la Presidencia de la República Daniel Urresti se ha permitido maltratarlo en forma verbal, demostrando la clase de Presidente que tal vez podríamos llegar a tener-. También, se anuncia, vía redes sociales, una huelga policial para los días 4 y 5 del mes en curso; asimismo, oficiales de alta graduación, retirados del Ejército, acaban de manifestar su descontento y malestar por la sanción aplicada, así como declarar que, a su juicio, la misma es ilegal.

¿En qué terminará todo esto?, no lo podemos saber; pero, que al Gobierno de transición le toca deshacer el entuerto que él mismo ha forjado, es indudable: primera vez que no se puede culpar directamente al Congreso actual o al inmediato anterior de algo indebido y que puede crecer mucho más.

Al momento de publicar esta Columna, se está anunciando por televisión la renuncia del flamante Ministro del Interior, Rubén Vargas Céspedes. Sinceramente, no creo que sea suficiente gesto para tranquilizar los ánimos exaltados.