El viernes 30 de abril último, en el programa de noticias En Contacto de ATV +, en el espacio correspondiente a Pamela Vértiz, se propaló una noticia desde mi punto de vista increíble, por lo aberrante: el aeropuerto internacional Inca Manco Capac de Juliaca fue cerrado entre el 29 de abril y el 5 de mayo, por trabajos de mantenimiento, según se podía leer en un aviso colgado en un poste del citado aeropuerto -enfocado por el corresponsal-. Posteriormente, se pudo obtener información más amplia en canal N, siendo la misma que la pista de aterrizaje debía ser reparada, pues acusaba “un franco deterioro”.
Es pertinente decir que los pasajeros que llegaron a las instalaciones del citado aeropuerto, no fueron informados previamente de esta situación, incluso hubo quien manifestó su mortificación por televisión, diciendo que había adquirido su pasaje el día anterior, lo que implica que la agencia de viajes que le hizo la venta respectiva no tenía conocimiento de la eventualidad al atenderlo. Como es natural, la mortificación de los pasajeros, incluyendo a turistas internacionales, era muy grande, toda vez que todos y cada uno de ellos tenían una programación de actividades que incluía el viaje para el que acudieron al aeropuerto, como es natural.
Sea por “mantenimiento” o por “un franco deterioro” de la pista de aterrizaje, algo así no puede o no debe suceder jamás en un aeropuerto. Estamos acostumbrados a saber que los aeropuertos de todo el mundo, pero también del Perú, prestan servicio especialmente a los transeúntes las 24 horas del día, los 365 días del año; y, que los llamados “trabajos de mantenimiento”, se hacen de modo que dicho servicio no sea interrumpido. Y, no se trata de qye sea el aeropuerto Jorge Chávez o el aeropuerto Inca Manco Capac: todos y cada uno de los aeropuertos del Perú y del mundo deben atender a los viajeros por igual, de la mejor manera posible.
Hace muy poco, poquísimo tiempo en días, se produjo una huelga de controladores aéreos de Corpac, el 14 de abril para ser exactos. El Perú está dando una pésima imagen al mundo, esta vez porque no se puede aterrizar ni emprender vuelo en algunos de sus aeropuertos, sea por huelga de trabajadores o por mal estado de la pista de aterrizaje, según se aprecia en los párrafos anteriores.
¿Qué es lo que quieren las autoridades? En realidad, no se puede saber si quieren fracasar, para que el Perú se venga, literalmente, abajo; o, no tienen la menor idea de lo que les toca hacer como función y responsabilidad del cargo que cada una de ellas ostenta. Cualquiera de ambas posibilidades es totalmente negativa para el país y los peruanos no nos merecemos esto.
Necesitamos que Pedro Castillo -con Vladimir Cerrón a su lado- y todos los facinerosos -hombres y mujeres- que ocupan puestos de responsabilidad dejen los susodichos cargos y sean reemplazados por personas capaces, responsables y con historiales sin mancha. El Perú ya no puede seguir aguantando tanto daño; me resulta muy difícil creer que haya tan “mala leche” para el propio país o, tanta ineptitud. Pero lo que me es aún peor, imposible de aceptar, es que quienes tendrían las primeras responsabilidades de impedir la continuidad de esa mala gente, llámense congresistas o Fuerzas Armadas, no hagan nada por defender a la ciudadanía.
En estos últimos meses, las redes sociales son portadoras constantes de información sobre los métodos que se han aplicado en los países que ya cayeron bajo el yugo del llamado Socialismo del Siglo XXI -Cuba, Venezuela, Nicaragua-; la idea es que el Perú también va por ese despeñadero ….. y, lo estamos permitiendo.
Creo, sinceramente, que en mi caso personal no debo temer que esta hecatombe muy próxima, si nadie la impide, me llegue a afectar: los años que tengo no me van a permitir muchos más; pero, ¿mis hijos, mis nietos, las generaciones venideras, el país que tanto amo? Porque tampoco quiero el cúmulo de males que veo venir para ellos, no me resigno.
Pido disculpas por el pesimismo que he vertido y se desprende de estas líneas. Verdaderamente, quisiera estar equivocado.
Comments