Con motivo del aprovechamiento de su cargo que han hecho en el Perú más de 460 personas, especialmente funcionarios públicos de todo nivel, incluyendo a un expresidente de la República y dos exministras de Estado, los medios de difusión hablados y escritos han desplegado un sensacionalismo digno de mejor causa, el cual continúa hasta la fecha.
No tienen reparo esos “profesionales del periodismo” -lo pongo entre comillas, porque aún si tuvieran un diploma, que no todos lo tienen por no ser obligatorio en esa profesión, tienen que honrarlo para merecerlo- en hacer escándalo de algo que nos deja mal como país. No digo que se oculte la noticia, pero sí que se publique casi sigilosamente, porque lo contrario, lo que en este momento está pasando, es que el nombre del Perú está por los suelos
¿Saben, acaso, los susodichos “periodistas” que en Argentina se vacunaron intendentes y sus familias?; ¿que en Filipinas, Ecuador, España y Chile, también hubo tráfico de dosis? -de acuerdo a publicaciones periodísticas-; o, ¿que en Alemania -información recibida del hijo de unos amigos muy cercanos, residente en ese país- otro funcionario público, asimismo lo hizo? En esos países, indudablemente más cultos que el nuestro, se cumple con informar, pero no se hace escarnio de lo que se informa, sea quien sea el que comete un delito y este último de la índole que se trate. (En contra de esta conclusión, parece que en Argentina ya están entrando al sensacionalismo.)
¿Es que, acaso, le pagan más al que hace más escándalo? Hasta da la impresión que quienes hacen tanto laberinto, estuvieran “respirando por la herida”, que les duele no haber tenido al alcance la misma oportunidad y, esa, es su manera de quejarse. O, tal vez, su escondido propósito es dejar mal al país.
En realidad, esto último no lo creo, porque serían hijos de algún engendro, para que tal fuera su motivación. Pero, ¿tanto odian, por ejemplo, a Vizcarra, como para tratar de escandalizar con su nombre a la gente de otros países, de lejanos lugares, que no les va ni les viene lo que pase en el Perú? Es evidente el odio que tienen por ese señor, que no hizo en su gestión presidencial otra cosa que agarrar la “papa caliente” que la vida le puso entre las manos y la agarró como pudo; actualmente, la pandemia está maltratando a los peruanos igual o peor que durante la presidencia de Vizcarra, pero no se critica igual al presidente Sagasti ni al conjunto de autoridades del Poder Ejecutivo que la manejan, con la “pequeña” diferencia que Vizcarra aparecía constantemente en los medios de difusión, especialmente la televisión, como para decirnos que el Gobierno se preocupaba de lo que estaba pasando en el país.
Está ampliamente demostrado que Martín Vizcarra ha cometido errores y hasta delitos -especialmente la vacunación secreta, aprovechando el cargo que ostentaba-, pero de las sanciones que le correspondan se encargará la justicia; para eso, tenemos Poder Judicial. Si somos peruanos de bien, no podemos sino querer que se investigue debida y exhaustivamente cada acusación que se le hace y que se le castigue por lo que merezca, pero no porque a “Pedro, Juan y Manuel” les gusta hacer leña del árbol caído. En mi concepto el odio, por lo menos de la gente adinerada representada por el diario El Comercio, empezó cuando Martín Vizcarra tuvo la “malhadada” idea de poner impuesto al exceso de riqueza y lo anunció como una posibilidad -que nunca se concretó-; desde entonces y hasta ahora, que ya no les puede hacer daño -parece que no lo van a dejar postular a una curul con argucias legales-, lo siguen atacando y cada vez con mayor energía hacen escarnio de su persona.
De las dos exministras, demás autoridades y personas en general que se han vacunado subrepticiamente, también se habla -se grita- como si fuera imposible entender que son seres humanos que han flaqueado ante sus miedos. Que, por lo menos, los funcionarios públicos merecen sanción, resulta evidente: los errores se pagan, pero de ahí a escandalizar hay o debiera haber una distancia significativa. El que se perjudica, es el Perú. Sinceramente, siento vergüenza de lo que se puede estar diciendo en el extranjero de mi país, de nosotros los peruanos ….; hace poco vi un comentario que hicieron en el canal de noticias CNN en Español: absolutamente denigrante y, ¿todo por culpa de quién?, de los escandalosos que se autocalifican “profesionales del periodismo”, no de los que delinquieron.
A esos “periodistas”, desde aquí les pido que se ocupen de los congresistas, que están haciendo más daño al Perú que los que se vacunaron a escondidas, si hablamos de daño material. Entre esos 130 parlamentarios, hay muchos que obedecen a intereses verdaderamente subalternos y, los que vociferan pestes de Vizcarra y los demás, bien gracias.
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