Vuelven los niños al colegio y sigue la educación escolar adoleciendo de, prácticamente, los defectos de siempre; esos que, por ejemplo, hicieron que el Perú “tocara fondo” en materia educativa, al conocerse, hacia fines del año 2013, que el Perú había sido calificado en el puesto N° 65 de 65 países en la Evaluación Internacional de Estudiantes PISA (por sus siglas en inglés). Hasta donde puedo recordar, el segundo gobierno del Arq° Fernando Belaunde Terry tuvo la muy buena intención de desarrollar la Educación denominando a su gestión como el Quinquenio de la Educación: lamentablemente, este como muchos otros intentos solo han alcanzado niveles de discurso y palabras altisonantes, pero nada en concreto.
Al entrar a los directorios de páginas web del Ministerio de Educación (Minedu), se lee: “Infraestructura educativa será edificada a través de convenio del Minedu con la empresa Arca Continental Lindley y ….”. Quiero creer que esta “edificación” es solo el comienzo de una reestructuración integral de la educación escolar. De ser así, en estas cortas líneas voy a tratar de hacer un breve diagnóstico de su situación actual en el país.
Modelo de Gestión: Centralizada, todo se maneja desde Lima. El organigrama del Minedu pone de manifiesto la relación de la sede central del ministerio con las Regiones del país. En el frondoso árbol burocrático que se muestra como organigrama, solo se aprecia, dentro del Vice-Ministerio de Gestión Institucional, una Oficina de Coordinación Regional que, a su vez, cuenta con una Unidad de Coordinación Regional.
Infraestructura: Cada inicio anual del período escolar, los diarios publican las deficiencias en infraestructura con la que han de iniciar dicho nuevo período muchos colegios públicos; a esto, es necesario sumar la insuficiencia de instalaciones escolares en el país (a inicios del año escolar 2015, había un déficit de 40 mil colegios nuevos y dotar de servicios de agua y/o desagüe al 40% de los colegios existentes).
Docentes: La mayoría de docentes, hombres y mujeres, demuestran serias carencias en la formación de que hacen gala para ejercer la docencia: lo primero que salta a la vista, es la escasa o ninguna identificación del profesorado actual con su cometido.
Educandos: El profesorado de los colegios, en general, está conformado por profesionales de muy baja calidad, además de desmotivados. Se pone a disposición de su formación escolar infraestructura, equipamiento y bibliografía de consulta con muchas deficiencias en la mayoría de los locales escolares. No se adapta su formación a las necesidades más urgentes del medio del que son naturales los alumnos.
Personal Administrativo: Como término medio, nunca demostró aspiraciones a alcanzar altos niveles de desarrollo. Por el contrario, se pone de manifiesto un “dejarse estar” que resulta demasiado negativo de solo percibirlo.
Metodología de Enseñanza: En la enseñanza escolar peruana, el método que se sigue es memorístico por excelencia, siendo su alcance cada vez mayor.
Retribución económica: Junto con los servidores del sector Salud y los del sector Interior, los del sector Educación son los peor pagados en nuestro país.
Expectativas de logro personal: Hasta hoy, desde muchos años a la fecha, los alumnos que egresan de las aulas escolares, consideran que el mejor camino para alcanzar una forma adecuada de vida es siguiendo estudios profesionales superiores; sin embargo, este no necesariamente es un buen camino, porque anualmente egresan de las universidades e institutos superiores más de 80,000 nuevos profesionales en todo el país, lo que implica demasiada competencia. Una segunda opción, muy dejada de lado por los egresados de las entidades escolares, es la formación de mando medio, muy necesaria pero “mal vista” por los mismos, a pesar de que al año solo egresan poco más de 20,000 técnicos (mucha menor competencia). Una última opción, es la incursión en los negocios, formando pequeñas o micro empresas, pero muchas de ellas cierran antes de un año de funcionamiento por falta de formación de quienes las emprenden.
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