Muy a mi pesar me veo en la necesidad, pero también en la obligación, de dedicar esta Columna de Opinión al tema que indica su título. Me motiva a hacerlo que he podido ver un artículo publicado el viernes 9 del mes en curso en el diario El Comercio, presentado en la primera página del mismo que, a la letra, dice Asociaciones de pacientes con cáncer expresan indignación por falsa promesa de Pedro Castillo; a manera de subtítulo, indica que el mandatario buscó obtener réditos políticos con dicho ofrecimiento.
Prácticamente desde que asumió el mando, se comprometió -sin que nadie se lo pidiera, aunque es una demanda implícita para el primer funcionario de la Nación- a realizar un gobierno transparente. Muchos peruanos -aún aquellos que por fanatismo, conveniencia o razones personales- no lo quieren o no lo quisieran ver; sin embargo, tenemos que aceptar que una de las características principales de Pedro Castillo Terrones es, precisamente, su falta de transparencia.
Igualmente, sin que nadie le haya hecho pedidos puntuales, él ha salido a la luz pública -generalmente en los ya conocidos, por comunes en su gestión, Consejos de Ministros Descentralizados- a prometer y/o hacer ofrecimientos rayanos en el delirio, como por ejemplo la Segunda Reforma Agraria o el cheque por S/ 4,183ʽ700,000 que ofreció el 12 de mayo del presente año, en una ceremonia realizada en esa ocasión en Palacio de Gobierno, a un total de doscientos “pacientes oncológicos” -de los cuales no menos de cien eran niños, aunque sólo treinta eran realmente enfermos de cáncer-.
Una delegación de la Asociación por los Derechos de los Niños con Cáncer, con su presidenta señora María Lumbre Figueroa, fue invitada a una ceremonia en la Casa de Gobierno por el Presidente de la República, cuando asistía por segunda vez a un programa televisivo del conductor Andrés Hurtado -conocido como Chibolín y de quien los teleespectadores no garantizarían que hace programas de estricta seriedad-. En dicha ceremonia, el Presidente de la República anunció que su Gobierno destinaría la elevada cifra anotada, a través o por intermedio del Ministerio de Salud, para “asegurar el tratamiento integral a pacientes con cáncer y el acceso a medicamentos oncológicos, como parte del Plan Nacional de Cuidados Integrales del Cáncer”. La parlamentaria Norma Yarrow -Avanza País- solicitó al Ministerio de Economía y Finanzas información respecto a la marcha de ese ofrecimiento, recibiendo como respuesta de la cartera a cargo de Kurt Burneo que, “para implementar la Ley Nacional del Cáncer, se requieren S/ 5,398ʽ700,000, pero en un lapso de diez años”. Naturalmente, la cifra ofrecida por Castillo en la oportunidad citada causó gran ilusión entre los pacientes oncológicos asistentes a la ceremonia de Palacio de Gobierno, quienes supusieron que el monto anotado estaría disponible este año. Al comprobar que no era así, la frustración y el desencanto de los esperanzados pacientes y sus familiares ha sido muy grande.
En otro aspecto, el Presidente de la República está inmerso en seis investigaciones fiscales, de las cuales cinco corresponden a asociaciones para delinquir que él habría conformado y encabezaría, en algunas de las cuales habría involucrado a su esposa, hijos -su cuñada-hija está presa preventivamente por tres años; se han detectado llamadas que serían para el propio Castillo al celular de su hijo a altas horas de la madrugada-, sobrinos, cuñados, así como relacionados principalmente de su ámbito natal. Sin embargo, él se permite hablar en público, en una de sus “visitas” al interior de la República, que tiene “autoridad moral” para decir que “no ha robado un sólo sol al País”.
Las veces que ha cumplido con asistir a citaciones fiscales relacionadas con los procesos de investigación a los que está sometido, no ha respondido a ninguna de las preguntas que se le han hecho, en uso y aplicación de un derecho concedido por ley. Sin embargo, él debería ser el primer interesado en dejar en claro su integridad personal y la inocencia que pregona; además, también dice y repite que colabora siempre con la justicia, lo que en los hechos demuestra que es falso, burlándose simultáneamente de la “buena fe” del pueblo para el que dice gobernar.
También ofreció que su esposa iba a entregar a la autoridad de Migraciones su pasaporte, para demostrar que no tenía intención de salir -léase escapar- del país. Después de unos días de no hacerlo, finalmente uno de sus abogados declaró que tal entrega quedaba sin efecto.
Si se hace referencia a los ministros que ha nombrado desde que empezó su gobierno -70 aproximadamente, a la fecha-, resulta evidente que la gran mayoría de ellos son personas inescrupulosas que no satisfacen los requisitos apropiados de los cargos que eventualmente son convocados a ocupar. Unos, porque tienen verdaderos “prontuarios” que los inhabilitan para desempeñar cualquier cargo público; otros, porque carecen de experiencia para el cargo a desempeñar; algunos, porque sólo sirven como “escuderos” del propio gobernante; y, hasta el actual Primer Ministro, que no es otra cosa que una importante “fuerza de choque” del Poder Ejecutivo, contra todo y contra todos.
Por noticias y disposiciones recientes trascendidas al público en general, tenemos conocimiento que el Presidente de la República quiere apropiarse de los fondos disponibles de la llamada “derrama magisterial”, para lo que intenta que los mismos pasen a manos de la Fenate Perú (Federación Nacional de Trabajadores de la Educación del Perú).
Pedro Castillo dice, cada vez que habla públicamente -como si estuviera en campaña electoral-, que “colabora” con la justicia y que siempre lo hará. Miente, con el mayor de los descaros, porque no sólo no colabora, sino que obstruye, lo que se puede afirmar si recordamos que dispuso que no podía entrar el fiscal encargado de la ubicación y captura de su cuñada-hija Yenifer Paredes a Palacio de Gobierno hasta que él no regresara, el 9 de agosto, en que el equipo encargado tuvo que esperar algo más de una hora para hacerlo. Asimismo, cuando hace “de todo” para impedir la participación del Crnl. PNP Harvey Colchado, como líder del grupo policial de apoyo en las investigaciones que le ha abierto el Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción.
Nunca, hasta donde me es dable saber, tanto por mi mayor o menor conocimiento de la historia del Perú, como por los años que tengo de vida, ha habido en el Perú un gobernante de la calaña o catadura moral del que actualmente nos gobierna. No es mi propósito ofenderlo al expresarme de tal manera, pero creo que él se ha ganado esta forma de expresión, a pulso.
Los peruanos somos testigos de la asunción a las primeras magistraturas de la nación de los señores Boric y Petro, en Chile y Colombia, respectivamente, ambos convictos y confesos comunistas, a los que me refiero como ejemplo contrario a Castillo, porque demuestran, desde lejos, que son personas cultas y que sus formas de gobernar son infinitamente superiores a las de nuestro primer mandatario. Sin ir muy lejos, en Chile se acaba de producir un revés importante para lo que esperaba Boric; ¿qué es lo que él ha hecho?, cambiar a los ministros que le daban “mala sombra” ante la opinión pública chilena, sin aspavientos y con ecuanimidad.
En el Gabinete Ministerial de Pedro Castillo, el Ministro de Economía y Finanzas, señor Kurt Burneo es, evidentemente una persona enferma -sufre el mal de Parkinson, por lo que se puede apreciar- y, como es lógico para ser ministro del actual gobernante, debe ser de ideas de izquierda -si no comunista convicto y confeso-, pero eso no lo hace un ser que merezca ser rechazado; por el contrario, me parece digno de encomio y reconocimiento que esté tratando de brindar sus conocimientos y experiencia, a pesar de saber que no debe tener mucha vida por delante.
Con toda honestidad, considero que los peruanos no nos merecemos este mal que se llama Pedro Castillo, con todo lo malo y negativo que su sólo nombre implica: es necesario que deje de ocupar el cargo que ostenta; y, especialmente, que deje de mentir y burlarse del Perú y los peruanos con el descaro que lo hace. Esto, independientemente de que otros cargos y entidades merezcan personas diferentes que, en primerísimo lugar, amen al Perú y sean honestos.
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