El viernes 26 del mes que termina, el Poder Ejecutivo envió al Congreso de la República los proyectos de Ley de Presupuesto, de Endeudamiento y de Equilibrio Financiero del Sector Público para el Año Fiscal 2023. El proyecto de Ley de Presupuesto, resultado del trabajo coordinado con todos los sectores del Poder Ejecutivo, plantea que el Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) para el 2023 ascienda a S/ 214,8 mil millones, lo que representa el 21% del PBI, es decir un crecimiento de 9% (S/ 17 788 millones) respecto al del año en curso.
Este Proyecto de Ley de Presupuesto prioriza las funciones de Educación (19,5% del PIA), Salud (11,5%) y Transporte (9,5%); las cuales concentran el 40,6% del PIA 2023. La propuesta también da prioridad al presupuesto de las funciones de Previsión Social (6,7%) y Orden Público y Seguridad (6,7%), las cuales representan el 13,4% del PIA 2023.
“El aumento del Presupuesto es de 9%, pero en términos reales significa un alza de alrededor de 4%. Este incremento es posible gracias a la evolución de la economía, a los importantes ingresos tributarios producto de los precios de los minerales que siguen en niveles interesantes, y al plan de reactivación económica que estamos por presentar”, señaló el ministro de Economía y Finanzas, Kurt Burneo.
El Presupuesto 2023 tiene un enfoque más descentralizado, otorgando más recursos desde la apertura a los gobiernos regionales y locales. Según la propuesta, los recursos destinados a los gobiernos regionales crecerán en 16,4%, en tanto que los dirigidos a los gobiernos locales aumentarán en 38,1%.
Hasta ahí, transcribo casi literalmente la información pertinente brindada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en internet, respecto a la obligación constitucional (Art. 78°) que tiene el Presidente de la República, apoyado por dicho ministerio, para consolidar y remitir al Poder Legislativo las necesidades presupuestales de todos los organismos del Sector Público para cada ejercicio presupuestal, hasta el 30 de agosto de cada año.
Al respecto, me permito emitir algunas opiniones u observaciones, a continuación, en mi condición de ciudadano del Perú y reconociendo no ser especialista en la materia:
1. Para todos, es completamente evidente que la situación económica de nuestro país ha devenido crítica por razones que en este momento no corresponde discutir, pero que para todos es así. Sin pretender discrepar de los argumentos técnicos que han llevado a las cifras consolidadas que se muestran líneas arriba, considero que nuestra experiencia con las actuales autoridades nos permite, me permite, ser escéptico de que el citado Proyecto de Presupuesto vaya a cumplirse, al margen de que el Congreso lo apruebe o no.
2. De acuerdo a la información brindada por el MEF, es fácil encontrar que los Sectores Educación, Salud y Transporte, así como las funciones de Previsión Social y Orden Público y Seguridad -aunque en porcentajes menores- proponen incrementos significativos en comparación con el año en curso. Simultáneamente, los demás Sectores, con excepción de Legislativo, Turismo y Pesca -información brindada por el diario El Comercio, del domingo 28 último- tienen proyectados crecimientos porcentuales pequeños; pero, aún así, de crecimiento.
3. Las excepciones mencionadas, proyectan asignaciones menores a las aprobadas para el Presupuesto vigente, yendo desde 27.15% menos en el caso del Legislativo, hasta 15.62% menos en el de Pesca, pasando por 22.37% menos en el caso de Turismo.
4. Creo que fuera de las excepciones mencionadas en el punto 3 anterior, el proyecto sometido a la aprobación congresal peca de excesivo optimismo, porque nuestras autoridades, tanto del Ejecutivo como del Legislativo, se han dedicado durante el primer año del presente período gubernamental a “cualquier cosa”, menos a contribuir al desarrollo nacional, llegando incluso a disponer la entrega de fuertes sumas de dinero a la población por diferentes conceptos que les fue dado “encontrar”, con fines populistas. El dinero aplicado a estos fines, no “estaba ahí”, salió de alguna parte; la forma de restituirlo a los fondos estatales, no fue difundida, si es que la hubo.
Independientemente de que el Proyecto de Presupuesto presentado por el Ejecutivo al Legislativo, haya de ser aprobado y, a su turno, cumplido, así como que las cifras a las que se ha llegado para presentarlo y se alcance al aprobarlo, puedan o no pecar de optimistas, me parece importante dedicar el resto de esta Columna de Opinión al presupuesto que finalmente se asigne a Turismo, por la sencilla razón de que nuestras autoridades no ponen el menor interés en desarrollarlo, a pesar de que con el tiempo y conforme se vayan degradando o perdiendo interés para su venta como materia prima los productos naturales que constituyen nuestras actuales fuentes de ingreso, el Turismo deberá constituirse, en un plazo más o menos cercano, en la principal del Perú.
Un poco de proyección mental, nos permitirá comprender que llegará el día en que nuestras materias primas empezarán a agotarse o, que el valor de las mismas se convierta en ínfimo, por cuestiones propias del desarrollo que alcanzará la Humanidad. Si llega ese momento, como que no tengo que ser un adivino para vaticinarlo, al Perú le será imposible ponerse a la altura del desarrollo de otros países y, por lo tanto, mantendrá su triste y pobre ubicación atrasada a la que hoy estamos acostumbrados.
No piensan -o no quieren hacerlo-, esas autoridades -no sólo las actuales, esto viene prácticamente desde siempre-, que el Perú dispone de gran cantidad de escenarios naturales y otro tanto de reliquias culturales que pueden y deben convertirse en grandes atractivos turísticos, que lo único que hay que hacer es “ponerlos en valor”. La inversión para dicho efecto, seguramente es significativa, pero no inalcanzable.
También es necesario, al poner en valor los espacios turísticos con que cuenta nuestro país, crear infraestructura que permita a los potenciales turistas informarse que llegarán a ciudades y lugares en los que para nada sentirán falta de comodidades y confort. Asimismo, será necesario capacitar al personal que haya de dedicarse a su atención, desde los guías turísticos hasta el personal de los hospedajes, en general, que se dedique a su permanencia como visitantes.
Es necesario que el ministro de Comercio Exterior y Turismo deje de dedicarse a ser uno de los “escuderos” del Presidente de la República, para dedicar sus esfuerzos al desarrollo de este Sector tan abandonado -quizás el más golpeado por la pandemia de COVID-19-.
Por otro lado, aquellos sectores ciudadanos que han dedicado sus vidas a vivir en el área del Turismo, no sólo no lo deben abandonar, sino que deben buscar la forma de explotar esta época de “vacas flacas” para desarrollar las actividades turísticas que ya pronto han de ponerse en uso y aplicación nuevamente en nuestro país.
Bien harían los actuales candidatos al próximo proceso electoral de incluir planes de desarrollo turístico, tanto de los atractivos con que ya cuentan sus circunscripciones, como de otros que aún deben y pueden ser calificados como tales.
Todos, públicos y privados, debemos tener como meta convertir al Perú en un país turístico por excelencia. Se debe evaluar apropiadamente los pasos a dar para concretar ese fin.
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