Uno de los “fantasmas” que más preocupan a los adultos mayores, es perder la memoria. Quizá, porque para muchos este hecho implica una antesala del “alemán”, el Alzheimer, que es un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento; sus síntomas por lo general se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas.
El síntoma temprano más común del Alzheimer es la dificultad para recordar información recién aprendida, lo que a mi juicio se puede confundir fácilmente con esa dificultad que a todos nos acomete, en mayor o menor medida, de captar conceptos nuevos, por lo “trajinado” que empieza a manifestarse nuestro cerebro.
De manera general, la pérdida de memoria se caracteriza por la aparición de pequeños despistes, dificultad para rescatar sucesos del pasado u olvidos inusuales. El envejecimiento del cerebro es responsable de estos problemas, de su degeneración y de enfermedades que causan pérdida de memoria, como el Alzheimer y la demencia.
De manera similar a cualquier maquinaria, con el paso de los años el cerebro va envejeciendo y perdiendo sus habilidades -en este caso, sus capacidades cognitivas-, entre ellas la memoria. Hasta cierto punto es normal, pero a veces se ve acentuada por enfermedades. El olvido se asocia con las personas mayores por probabilidades, pero realmente no debería ser así, ya que puede ocurrir en cualquier edad.
La pérdida de memoria en ancianos es un problema que afecta tanto a la persona como a sus seres queridos. Aunque los olvidos y los trastornos de memoria no son exclusivos de las personas mayores, esta es, sin duda, una de las poblaciones más afectadas por este problema.
Síntomas de pérdida de memoria en ancianos:
Ø Pérdida frecuente de objetos personales.
Ø Dificultad de encontrar palabras adecuadas para expresarse.
Ø Repetir continuamente las mismas anécdotas o efectuar las mismas preguntas durante una conversación.
Ø Olvidar lo que ha realizado durante el día, por ejemplo, si ha tomado o no su medicación para sus patologías crónicas e incluso la específica para la pérdida de memoria en anciano.
Ø Desorientarse o perderse en lugares conocidos.
Ø Confundir de forma habitual el año, o el día de la semana en la que se encuentra.
Ø Dificultad para recordar reuniones o eventos.
Ø Problemas para seguir instrucciones o tomar decisiones.
Cuando los síntomas de pérdida de memoria en adultos mayores son más frecuentes de lo habitual debemos estar muy atentos. La presencia de "olvidos" más continuos podrían indicar un Deterioro Cognitivo en algún grado o, demencia en casos más graves.
¿Cómo prevenir la pérdida de memoria en un adulto mayor?
El cerebro funciona de manera similar al resto de nuestros músculos, es decir necesita que lo ejercitemos para poder estar en forma. En este sentido, se ha demostrado que existen factores que ayudan a prevenir o ralentizar el avance de los trastornos de memoria. A continuación, algunos de ellos:
Ø Tener un horario adecuado para dormir.
Ø Llevar una dieta equilibrada que priorice los alimentos que ayudan al funcionamiento cerebral.
Ø Llevar una rutina de ejercicio físico de acuerdo a la edad y las patologías de cada persona.
Ø Mantener vida social activa.
Ø Realizar actividades con estimulación cognitiva de forma recurrente.
Este último punto, es muy importante, ya que la estimulación cognitiva ayuda a entrenar y fortalecer el funcionamiento del cerebro. Ayuda a mejorar funciones como: la atención, percepción, memoria y el lenguaje de los ancianos.
¿Cuáles son los factores que afectan a la memoria?
Siete cosas que pueden afectar la memoria:
Ø Una mala dieta. ...
Ø La falta o el exceso de sueño. ...
Ø El tabaco. ...
Ø La falta de ejercicio. ...
Ø La depresión y la ansiedad. ...
Ø Déficit de vitamina B12 y la tiroides. ...
Ø Determinados medicamentos.
¿Qué síntomas presenta?
Ø Dificultad para realizar actividades cotidianas.
Ø Dificultad para prestar atención.
Ø Confusión mental.
Ø Depresión.
Ø Dolor de cabeza.
Ø Problemas de visión.
Ø Dificultad para entender el lenguaje.
Ø Lentitud en los movimientos.
Los neurólogos son los expertos en el “diagnóstico diferencial” de la pérdida de memoria, es decir, en determinar cuál, de entre una serie de posibles causas, se aplica a una persona en especial y cuál de dichas causas es la más probable.
Se pierde memoria a partir de los 40 años y los primeros síntomas "suelen ser pérdidas aisladas que pueden llevar a desorientación, despistes, fallo en las palabras o vocabulario, repetir muchas veces las mismas cosas o, simplemente, dejar de cocinar como antes", según afirman algunos expertos.
De acuerdo al análisis previo, mi conclusión personal es que los adultos mayores no debemos preocuparnos excesivamente porque nos llegue a aquejar, necesariamente, la pérdida de nuestra memoria. Es cierto que nos puede ocurrir, pero nuestra posibilidad de que así sea no es mayor a que suframos un accidente o que nos volvamos sentimentales: a todos nos puede pasar, pero no tenemos porqué creer que forzosamente hemos de obtener un dudoso “premio” en esa “lotería”.
Mantengamos una actividad normal para nuestro cerebro y olvidemos, eso sí, los temores al respecto, si los sufrimos.
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