Debo reconocer, al iniciar la presente Columna de Opinión que les ofrezco, que me propuse no hacer política en este espacio. Y, no es que lo haya escrito para vuestra lectura, necesariamente, no recuerdo haberlo hecho; sin embargo, la lectura de todas y cada una de las que ya he publicado lo demuestra, porque se han referido a temas ajenos a la política, por lo menos a la política partidaria, lo que cumple o debe haber cumplido el propósito de no dedicarme a la política de forma manifiesta.
En esta oportunidad, empero, voy a romper ese propósito: me voy a referir a la forma de actuar de “nuestros” políticos, pero como una queja, como un reclamo a los llamados “padres de la patria” que actualmente debemos sufrir.
Creo que, en mayor o mayor magnitud, todos los peruanos que tenemos acceso a las noticias diariamente, estamos hartos de los actos de nuestros congresistas y de nuestros políticos en general; de los que se publican, naturalmente. Sin ir muy lejos, lo que sucede en estos días y ha venido sucediendo a lo largo de los más recientes períodos gubernamentales, incluyendo el vigente, que permite que el sensacionalismo cuente con frecuentes temas noticiosos adecuados a sus intereses, es algo que no estamos acostumbrados a ver, que cada vez está escandalizándonos más. Para muestra, algunos botones:
· La señora Vilcatoma, exprocuradora, presentó un pedido de interpelación al ministro de Justicia para que responda por el acuerdo celebrado por representantes de nuestro país (dos fiscales y dos procuradores); el pedido fue aceptado y este jueves 21 de marzo el ministro debe ir al Congreso de la República para absolver las consultas que se le hagan. ¿Es que acaso, en su condición de exprocuradora, la referida congresista ignora que los procuradores que han asistido a la suscripción de los convenios celebrados con Odebrecht son autónomos, por lo que el señor Vicente Zeballos no puede responder por ellos, aunque formen parte de su sector? Evidentemente, dicha congresista tiene una motivación ajena que la hace actuar así; ajena y, probablemente, mal intencionada: ¿qué podemos pensar?
· El señor Vieira pretendió cobrar por hacer un favor (tráfico de influencias). Tenía una imagen positiva: daba o formaba la impresión de que era una especie de guerrero solitario que luchaba por causas nobles: se acaba de desmoronar y de la peor manera posible, independientemente de que pudiera salir absuelto de las investigaciones y juicios de cualquier índole que se le hagan.
· El congresista Johnny Lescano, fue descubierto como un personaje malsano, al propalarse grabaciones de conversaciones telefónicas suyas con una periodista a la que realmente estaba acosando. En su descargo, él dice que se trataba de “una conversación de adultos”. Estoy seguro, de que él mismo no vería bien; en realidad, que vería absolutamente mal que un individuo, cualquiera que fuese, llamara a su señora esposa para tratarla así, para tener “una conversación de adultos” de ese tono con ella.
· La señora Keiko Fujimori iba a ser interrogada por el fiscal José Domingo Pérez y, la víspera, publicó en una de sus redes sociales, que iba, a partir de la fecha, a ejercer su derecho constitucional de no responder a las preguntas que se le pudieran hacer, como efectivamente hizo. De hecho, ese gesto no fue sino un acto de soberbia, pero también una incitación a sus partidarios para que se apostaran frente a la puerta del penal de mujeres en que se encuentra recluida, para abuchear al fiscal a su entrada y salida del referido penal. El resultado de esa incitación, fue que le tiraron objetos contundentes al referido fiscal, uno de los cuales le cayó en la cabeza (es de suponer que fue uno solo).
· Los parlamentarios de izquierda de ambas agrupaciones presentes en el Congreso, no reconocen y, posiblemente, nunca lo harán, que Nicolás Maduro es un dictador en Venezuela y que su gobierno le está haciendo muchísimo daño a su país y a la población del mismo.
· La congresista Luz Salgado, debido a la aprobación de la no reelección inmediata de congresistas ocurrida en el referéndum de Diciembre de 2018, sugirió hace poco que las futuras listas de candidatos al Congreso en las elecciones del año 2021, incluyan a antiguos parlamentarios de peso del fujimorismo, tales como Martha Chávez, Carmen Rosa Lozada, Luisa María Cuculizza, etc. Independientemente de que dichas políticas y otros en los que se pudiera pensar, pudieran no estar hábiles como para ser siquiera propuestos, la sugerencia de la señora Salgado, evidentemente, pretende perpetuar “su” forma de hacer política, que es similar a la de las personas mencionadas. Con toda seguridad, los partidos políticos que cuenten en sus filas a personas últimamente relegadas por ellos mismos para desempeñar funciones públicas, los postularán, siguiendo el manifiesto ejemplo de la parlamentaria mencionada.
Resulta verdaderamente difícil sugerir una forma de superar estos males futuros, a pesar de poderlos avisorar desde mucho antes, como es el caso. A pesar de que no habrá reelección, ya vemos que es posible burlarse de los electores y del pueblo nuevamente. Lo único que se me ocurre, es que nuestro voto los elimine definitivamente; para ello, debemos hacer campañas para concientizar al electorado del daño que se puede volver a infligir. Lo dejo ahí.
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