Honda consternación ha causado la infausta muerte de esta niñita, de apenas 2 años y 10 meses que, todo indica, falleció después de caer a un pozo mal tapado en la Plaza de Armas de su distrito, Cerro Azul, en la provincia de Cañete. Antes de encontrar su cuerpecito en el mencionado pozo, se hicieron oír varias versiones respecto a lo que habría pasado con la criatura, siendo la más comentada aquella que suponía la posibilidad de un secuestro. El hallazgo del cadáver de la niñita, trae por tierra las versiones anteriores, siendo ahora la más creíble la que atribuye su deceso a una caída de la criatura al pozo en el que se le encontró.
Aparte de lo anterior, también se ha sabido que hubo gente inescrupulosa, que trató de lucrar con el dolor de los padres de Xohana, comunicándose con ellos o con quien recibiera las llamadas telefónicas que dieran información sobre su paradero, antes de ser encontrado su cadáver, para inventar algo creíble que les permitiera recibir dinero a cambio. De esa gente y sus actos no vale la pena ocuparse, porque para todos se trata de gestos repudiables, que no merecen ocuparse de ellos. Solo los menciono, porque sí creo necesario poner en evidencia que hay seres humanos capaces de cosas así y no debemos dejarnos sorprender si nos toca vivir momentos aciagos como el que nos ocupa.
Considero necesario, en cambio, ocuparme de a quiénes toca la responsabilidad de este doloroso percance. A mi modo de ver y, sin hacer escarnio de quienes más sufren, los padres de la pequeña, creo que ellos son los principales responsables de su muerte; no quiero ser cruel, pero ¿por qué no tuvieron mejor controlada a la niñita, si sabían que era tan traviesa (con toda seguridad Xohana había demostrado su forma de ser antes del aciago día de su muerte)? Ellos culpan a todo el que pueden culpar y exigen que caiga el peso de la ley sobre los responsables de su muerte; pero, mientras no se demuestre que se trata de un crimen, la mayor responsabilidad es de ellos mismos, por el descuido que demuestra hasta un video en el que se aprecia que Xohana jugaba en el parque (de la Plaza de Armas cuidada, solamente, por su hermanita mayor, de apenas siete años de vida ……..).
Que los miembros de la Municipalidad de Cerro Azul tienen, también, responsabilidad, no hay la menor duda, desde el último operario al que le tocaba verificar la buena cerradura de la tapa del pozo, hasta el Alcalde. Eso, es definitivo y debe caerles todo el peso de la ley, porque, por lo menos, han cometido el delito de omisión en el cumplimiento de sus funciones y/o de incumplimiento en el dictado de órdenes y normas para el buen y mejor desempeño de la cadena de mando a sus cargos. También, incluso, del Congreso de la República, porque es de total conocimiento público cómo en los Gobiernos Locales hay una total desidia de parte del personal de cada municipalidad para hacer frente a las responsabilidades de los cargos que cada uno ostenta.
Soy abuelo de cuatro nietecitas cuyas edades fluctúan entre los dos y doce años, resultándome sumamente doloroso comprobar que en un distrito limeño, no en un asentamiento humano marginal ni en uno de nuestros pueblos más olvidados, sucedan cosas así. Si no somos capaces de ocuparnos de lo que toca a todos y cada uno como responsabilidad, ¿cómo somos o nos creemos capaces de ingresar a la OCDE?
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