Durante el Gobierno Militar de la Fuerza Armada, especialmente entre octubre de 1968 y fines de agosto de 1975, período que gobernó el general Juan Velasco Alvarado, una importante cantidad de peruanos sintió (sentimos) recortados nuestros derechos fundamentales, especialmente el de libertad de decisión. Esto trajo como consecuencia que un importante número de connacionales emigraran en busca de nuevos horizontes, eligiendo muchos de ellos a Venezuela como país de destino.
Por supuesto que la situación que se vivía en el Perú de entonces, era muy diferente a la que se vive hoy en el país llanero; sin embargo, por no disfrutar de solo una irrestricta libertad de decisión, quienes emigraron se sintieron en el derecho y la obligación de hacerlo. ¿A qué los llevó esa decisión?, sólo ellos podrían responder esa pregunta o aquella otra, lógica, de si fue correcta su elección.
Ellos, viajaron a lo desconocido, a comenzar de cero en un país extraño y para la gran mayoría desconocido, que les ofrecía oportunidades que ellos seguramente interpretaron como, por lo menos, similares a las que tenían en el Perú antes del Golpe Militar. Entiendo que fueron recibidos muy fraternalmente y se les brindó mucho de lo que ellos esperaban encontrar; lo único que realmente sintió la mayoría (según opiniones que he recibido de algunos viajeros de entonces), fue la lejanía de su medio normal de vida y todo lo que eso implica.
Lo cierto, es que Venezuela abrió los brazos a los peruanos que entonces necesitaron afincarse allí, a pesar de las limitaciones que cada país debe tener cuando se le presenta, de improviso, una migración no planificada de un significativo contingente extranjero, con el propósito de radicar en sus medios. Es cierto que la migración peruana de entonces nunca alcanzó los ribetes de la venezolana actual al nuestro y a otros países; pero, también lo es que ese país hermano ratificó en los hechos que lo era, siendo verdaderamente hospitalario con quienes fueron hasta allá a demandar su apoyo.
Hoy, se viene dando la situación inversa, con el agregado de que el número que hasta ahora han alcanzado los migrantes venezolanos es muy superior al peruano de la época en que sufrimos la última dictadura militar. Hay muchas quejas respecto a la gente que ha llegado por esta causa al Perú, desde que vienen a quitar trabajo a los peruanos, hasta que han venido muchos delincuentes. Seguramente, todas las quejas tienen algo, espero que no sea mucho, de cierto; pero, quienes más se quejan, creo yo que desconocen el episodio que tocó vivir a los peruanos que emigraron a Venezuela o, no saben lo que significa la palabra reciprocidad. Debemos corresponder lo que alguna vez nos dieron, debemos abrirles los brazos como antes sus connacionales lo hicieron con los nuestros; no debemos ser desagradecidos.
Respecto a lo que ellos deben hacer aquí para sobrevivir, ya es hora de que nuestras autoridades pongan a funcionar su imaginación y creatividad, para que las quejas ya mencionadas dejen de tener fundamento. Al respecto, me permito proponer una idea: entre los siglos XIX y comienzos del XX, se produjo una migración importante de población de China a nuestro país, que fue utilizada principalmente en tres sectores económicos; esto es, en las plantaciones de azúcar, los centros costeros de guano de las islas y, la construcción del Ferrocarril Central del Perú en la Sierra Central.
Creo que a estas masas venezolanas que no tienen ubicación definida hasta ahora en nuestro mapa laboral, se les podría aprovechar en la construcción de infraestructura vial, de que tanto requiere y carece el Perú. Es cuestión de encontrar una forma legal y adecuada de aprovechar a esa gran fuerza laboral que, de pronto, ha venido a incrementar la demanda de trabajo en particular y forma de vivir en general.
Es gente con diversa preparación, que no sólo está deseosa de trabajar, sino también necesitada de hacerlo y de integrarse a esta que ellos están considerando, en su mayoría, como su Segunda Patria.
Chabela, mucho te agradezco seguir mis publicaciones, así como contribuir a su propósito de ofrecer sugerencias de solución al problema que cada Columna de Opinión se dedique. Te ofrezco incluir tus actuales sugerencias en una nueva Columna sobre el mismo tema, en caso haya de publicarla, lo que parece inevitable dado cómo está el tema en cuestión actualmente.
Qué necesario, encontrar la manera de apoyar a la población migrante de Venezuela en Perú, me parecen buenas tus sugerencias Alfonso, además podríamos añadir que los profesionales con título certificado por Sunedo, por ejemplo médicos, podrían apoyar en Centros de Salud, Hospitales, Postas médicas, Seguro Social y otros, teniendo en cuenta la deficiencia o carencia de médicos en las diferentes Regiones del país, lo mismo enfermeras, nutricionistas etc. Igualmente,el Estado y Sector privado, podrían mediante alianza crear plazasde trabajo venezolana en apoyo a la agricultura, ganadería y algunas especialidades del marketing; es decir procurar cubrir plazas del Sector laboral en la que haya carencia de trabajo nacional, salvo mejor parecer.