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Foto del escritorAlfonso Abad Porras

LA ETICA EN LA VIDA DIARIA

De acuerdo con el diccionario enciclopédico Salvat, la Etica es la parte de la Filosofía que se ocupa del estudio de la Moral. Me tomo la licencia de interpretar esta definición, para aplicar el concepto de Etica a la vida diaria, como la valoración del comportamiento desde el punto de vista moral. Espero estar en lo cierto; por lo menos, una definición así es la que he aplicado normalmente a los actos de mi vida y creo -quiero creer- que mi desenvolvimiento ha contado con la aceptación mayoritaria de las personas con las que he tenido relación a lo largo de ella.


En el Perú y en este caso las ciudades más importantes, empezando por Lima, se aprecia cada vez menos ética en el comportamiento de los ciudadanos adultos, lo que a su vez sirve de ejemplo -mal ejemplo, por supuesto- a las generaciones aún en formación. Esta ausencia cada vez mayor de la ética en el desenvolvimiento de las personas, se traduce en un cinismo que ya linda en la desvergüenza, porque quienes así actúan no tienen el reparo de ocultar o disimular su comportamiento negativo de los ojos o conocimiento de los demás, lo hacen con la más absoluta impunidad, porque normalmente no se les aplica sanción alguna.


Para quien los tiene, lo más notorio es la falta de valores en personas que, casi siempre o finalmente, son públicas -si, como generalmente sucede, ocupan cargos en dicho sector-, lo quieran o no, por lo que sus actos y/u omisiones son fácil y rápidamente difundidas y, de forma por demás lógica, quedan evidenciadas como personas faltas de ética. Esto, sucede aún si dichas personas no llevan a cabo actos reñidos con la moral o la ética al iniciar el ejercicio de sus cargos, basta con que su historial u hoja de vida denuncie hechos que significan antecedentes negativos para los cargos a los que han sido nombrados: también es falta de ética aceptar y ejercer un cargo cuando se tiene ese tipo de baldones en la historia personal.

El comportamiento ético debe predicarse con el ejemplo, de padres a hijos, de mayores a menores, de autoridades a población en general. Aunque en mi criterio, este tipo de enseñanzas debe inculcarse inicialmente a nivel familiar, las autoridades son las llamadas a promoverlo con el ejemplo y, actualmente por el extremo negativo al que ha llegado la falta de ética, también mediante disposiciones pertinentes que, de no ser cumplidas, merezcan sanciones de acuerdo al grado de perjuicio o delito al que pueda llevar la referida falta de ética.


Sin embargo, son precisamente las actuales autoridades, luego de un paulatino proceso de degeneración al que han llegado después de varios períodos gubernamentales, las que proceden con la mayor falta o sin ninguna ética, comenzando por el Presidente de la República, siguiendo por prácticamente todo el Poder Ejecutivo y abarcando los Poderes Legislativo y Judicial.


¿A qué se debe, si no, la bajísima calificación que otorgan las encuestas a quienes ocupan cargos en esos Poderes Públicos? El Presidente de la República, aparte de mentir en forma consuetudinaria, nombra constantemente ministros y permite que se nomine, en muchos cargos de autoridad, a personas que no sólo no reúnen los requisitos para desempeñarse como tales, sino que las mismas muchas veces tienen historiales inapropiados y hasta delictivos, que a él no le importan en absoluto, ni aún si se le hace notar públicamente. Los congresistas, sin el más mínimo pudor, emiten normas que sólo benefician a sus intereses personales o de grupo, así como muchos de ellos votan en contra de defenestrar autoridades que merecen ser expulsadas de los cargos que ocupan. En lo que corresponde al Poder Judicial, una comisión del Congreso acaba de aprobar una denuncia constitucional contra la Fiscal de la Nación por infracción constitucional y otros presuntos delitos, por haber suspendido un proceso de investigación al Presidente Pedro Castillo hasta el final de su mandato.


Con tan malos ejemplos, los ciudadanos “de a pie” que no proceden de hogares bien constituidos, no pueden tener ningún impedimento moral para actuar consecuentemente, lo que por fuerza conlleva a que la vida urbana se convierta en un constante devenir delictivo.


Obviamente, si nuestra población contara con una sólida formación ética, difícilmente se produciría la cantidad de delitos y atrocidades en general que difunden los medios de comunicación en forma diaria; las personas de todo sexo y edad no tendrían por qué sentir temor de que le roben esto o aquello; habría mucho menos violencia contra la mujer, la niñez sería protegida, en vez de maltratada y hasta abusada por violadores. En fin, la vida en común y a nivel país, sería mucho mejor.


Toca, pues, a los padres de familia en particular, pero a las autoridades en general, estudiar y determinar la forma de inculcar conceptos éticos entre quienes son de su responsabilidad y, si para lograrlo se requiere aplicar medidas drásticas, no debe haber inconveniente en hacerlo.



29 visualizaciones2 comentarios

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ESSALUD

2 Comments


Alfonso Abad Porras
Alfonso Abad Porras
Mar 16, 2022

Mucho agradezco tu lectura y comentario Santos (discúlpame que recién lo he visto, no sé si me llegó antes, pero dice que tu comentario es de hace 5 días). Si bien estoy de acuerdo contigo que en el hogar se deben impartir inicialmente el concepto de ética y, creo, por extensión, los valores morales en general, el Estado no debe dejar de lado este concepto: una nación con líderes faltos de ética, más tarde o más temprano será una nación indeseable.

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Santos Oswaldo Gonzales P
Santos Oswaldo Gonzales P
Mar 10, 2022

Tema preciso y de actualidad, lamentablemente la ètica va disminuyendo a nivel polìtico, pese a tener estudios , masters , se inclinan a la corrupciòn y la repartija..

Soy un convencido que los valores èticos se adquieren como bien manifiestas en el hogar y somos los padres , abuelos ha seguir orientando y dando buenos ejemplos para salir adelante...

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