De un tiempo a esta parte, con la evidente intención de inculcar más conocimientos “importantes” o de “materias principales”, la Educación Escolar ha perdido su carácter humanista lo que, a mi modo de ver, le ha restado calidad a la formación que se imparte en los colegios. Mucho se puede decir de las deficiencias reales de que adolece la educación escolar en temas tales como: la falta de cursos complementarios emblemáticos, por ejemplo Educación Cívica, Educación Física, Instrucción Pre-Militar; Economía Política, a lo que se suma, esta vez desde siempre, la falta de adecuación a la zona de enseñanza; así mismo, la necesidad de formación escolar práctica, por ausencia de las antiguas opciones industrial y comercial; la evidente falta de valores en la población de un tiempo a esta parte, por falta de que estos le sean impartidos desde su etapa escolar; hasta la falta de enseñanza de un método de caligrafía adecuado: la inmensa mayoría de educandos adolece de muy mala letra.
Una de las principales causas de que la formación a nivel escolar haya devenido a un nivel de deficiencia que lleva a los egresados de las aulas escolares a no ser bien considerados (como antes sucedía) es que, junto con los servidores del sector Salud y los del sector Interior, los del sector Educación son los peor pagados en nuestro país a pesar, en este caso, de que tienen la responsabilidad de formar a los ciudadanos del futuro, de que la forma en que lo hagan producirá consecuentemente mejores o peores gobernantes, padres de la patria o responsables del cumplimiento de las disposiciones legales.
Otra importante razón de ese pésimo resultado de la enseñanza escolar, es el centralismo con que se maneja la Educación en el Perú. Por consiguiente, se debe descentralizar al máximo las atribuciones y responsabilidades del Ministerio de Educación; debiendo quedar este último en la condición de ente rector, cuya función sea única y exclusivamente la de dictar políticas, normas y procedimientos a seguir por las diversas reparticiones a cuyo cargo quede la aplicación directa del conjunto de disposiciones que emanen del Ministerio, una vez modificado en este aspecto, de la manera indicada. La descentralización sugerida debe partir de disminuir drásticamente y al mínimo indispensable las dependencias actuales, para reasignarlas, pero en número muy inferior, a los Gobiernos Regionales, como órganos de dirección y a los Gobiernos Locales, como órganos de línea.
Es necesario revisar las currículas de las universidades e institutos superiores dedicados a la formación de profesionales docentes; principalmente, de manera que dicha formación sea para infundir en los futuros profesionales motivación y autoestima. Se deben diseñar currículas escolares adecuadas a las necesidades de cada medio, de modo que los estudiantes satisfagan su necesidad natural de apreciar la forma en que aplicarán los conocimientos que adquieren con solo “mirar a su alrededor”, así como tenderán a aplicar sus conocimientos en la misma zona de la que son originarios, en beneficio directo de la misma.
Otro factor importante, que influye decisivamente en la enseñanza escolar, es la metodología memorística que se aplica para impartirla. Será necesario cambiar la metodología, de memorística a participativa: todos los seres humanos tendemos a necesitar saber el porqué de lo que hacemos, especialmente en los primeros años de nuestras vidas; la aplicación de la metodología de enseñanza memorística no hace sino ir conteniendo, paulatinamente, ese afán natural, desde nuestros primeros años, porque controla, pasma, forzosamente la curiosidad natural con la que venimos al mundo.
Es un hecho del que todos somos testigos, que ya no existen los valores que espontáneamente surgían en otras épocas, desde ceder la vereda a personas mayores o el asiento a las damas en los vehículos de servicio público, hasta mostrar alguna preocupación por el prójimo. Esto, es necesario revertirlo: un pueblo sin valores, es un pueblo sin alma, sin espíritu solidario, sin preocupación por el otro. ¿Cómo hacerlo?, desde las aulas escolares: nunca podrán aprenderlos personas prácticamente maduras que hayan egresado del colegio sin conocerlos.
Se debe diseñar una política de desarrollo de la educación que incluya mejoras salariales progresivas para los docentes, cuya finalidad principal sea hacer verdaderamente atractivo, desde el punto de vista salarial, abrazar y ejercer esta profesión, especialmente para los escolares que destaquen como primeros alumnos en esa etapa, si aspiramos a llegar a ser un país desarrollado: no será vendiendo nuestras materias primas hasta que se agoten; sí, en cambio, haciendo de la educación el primer y principal motor para el desarrollo del país.
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