La economía peruana se caracteriza porque basa sus resultados en la exportación de materias primas, sin intentar gestionar los capitales que por ese motivo ingresen al país; es decir, sin pretender convertirlo de un país extractor a un país industrializado. Esto ha sido así desde la época virreinal, si nos atenemos a que, entonces, las autoridades españolas que gobernaban el territorio que quitaron a los incas, sólo o mayormente se preocupaban de enviar nuestras riquezas a España.
No cabe duda que, a lo largo de los prácticamente dos siglos de existencia como país independiente, el Perú puede y debe haber tenido gobernantes que hayan pretendido darle una fisonomía, una orientación económica mejor; sin embargo, las múltiples luchas entre militares por hacerse del poder político, en casi todo el primero de esos dos siglos, la depredación que sufrió con motivo de la guerra con Chile y, la ambición y corrupción de la gran mayoría de los gobernantes no tan bien intencionados, han traído como consecuencia que nuestro país se mantenga como lo hacían, seguramente, los hombres de las cavernas: extrayendo de la naturaleza los recursos que le permitían vivir y, al hacerlo, darse por bien servidos -considerando que los peruanos ni necesitábamos, ni merecíamos más-.
Adicionalmente a esta conclusión -que no tiene nada de novedosa-, no hace mucho estuvo en el Perú un eminente catedrático de la universidad de Harvard, invitado por la Universidad del Pacífico, para que diera una charla sobre la economía peruana. Recibí de un amigo y colega de promoción de la UNI, el texto del discurso que ofreció el citado docente y, por parecerme sumamente importante darlo a conocer, a continuación copio no el discurso en sí mismo, sino la extracción de lo más importante contenido en lo que constituyó su disertación, información que se puede encontrar en internet al igual que el texto propiamente dicho.
MICHAEL PORTER DESNUDA LA ECONOMÍA PERUANA EN SEMINARIO INTERNACIONAL DE COMPETITIVIDAD En el Seminario Internacional “Claves de una Estrategia Competitiva” organizado por la Escuela de Post Grado de la Universidad del Pacífico e Interbank, llevado a cabo en Lima, el eminente catedrático de la Universidad de Harvard, Michael Porter, vino a ponerle nota al modelo de Fujimori, Toledo y García. Desnudó a la Economía Peruana y dijo que no tiene rumbo definido, que el crecimiento logrado no es sostenible por no generar competitividad y por no beneficiar a las mayorías del pueblo peruano. Señaló precisa y categóricamente los peligros que nuestra economía atraviesa por no invertir adecuadamente en recursos humanos e infraestructura.
Concurrieron al Seminario ejecutivos de empresas, profesionales y funcionarios públicos del país. El expositor central fue Michael Porter, considerado mundialmente como el padre de la estrategia moderna de la competitividad en las economías globalizadas.
Porter, profesor fulgurante del Harvard Business School y autor de 16 libros, afirmó que en el Perú parecen coexistir dos países: uno moderno que avanza conectado al mundo y otro atrasado, con pobreza, desempleo, inequidades y una informalidad del 70%.
¿QUÉ LE DIJO MICHAEL PORTER AL EMPRESARIADO PERUANO? Le dijo varias cosas sencillas pero esenciales:
1) El Perú carece de una política de largo plazo en materia de competitividad.
2) La economía peruana no tiene un rumbo definido.
3) El crecimiento económico del Perú no se ha reflejado en beneficios para la mayoría de la población.
4) El Perú ha vivido estos años “una ilusión exportadora” porque las cifras en azul proceden del alza de las materias primas, mientras que nuestra exportación de productos con valor agregado permanece inmóvil.
5) El Perú padece de un atraso dramático en relación a la invención y la tecnología. Puntualizó que el Perú no sólo no ha avanzado en este rubro, sino que parece haber retrocedido.
6) La mayor parte de la inversión extranjera “no viene a crear nuevas empresas sino para comprar negocios ya existentes”. Y añadió, con espantosa exactitud, lo siguiente: “Cuando un inversionista piensa en una nueva fábrica no piensa en el Perú”.
7) El país parece un esquizofrénico, por un lado muestra una macroeconomía bien manejada desde el BCRP y el MEF y, por otro, la realidad micro donde campea la corrupción, los escándalos y la falta de convicción y seriedad de los Poderes legislativo y Judicial.
¿QUÉ ANTICIPÓ MICHAEL PORTER SOBRE EL FUTURO DEL PERÚ? Señaló que, a largo plazo, los peligros de la Economía Peruana tendrán que ver con la baja productividad, la pésima educación, el deficiente sistema de salud, las debilidades en infraestructura física, la desigualdad social, la aplastante corrupción y el alto nivel de informalidad.
Es preciso ganar en competitividad, a partir del incremento de la productividad, mejorar la educación para tener profesionales y técnicos capaces, desarrollar la infraestructura y aprovechar la existencia de los recursos naturales para atraer nuevas inversiones.
Las empresas e inversiones necesitan de un clima favorable y respeto a las leyes y contratos, estabilidad y continuidad, puntualizó Porter.
Asimismo alertó que los éxitos peruanos de los últimos años corren peligro si no limpiamos el sistema judicial, si no defendemos los derechos de propiedad y si no fumigamos y reordenamos la disuasiva burocracia entorpecedora.
Dijo también que el TLC con China tiene tal grado de asimetría, que corremos el riesgo de quedarnos congelados como abastecedores de materias primas. Así es como también los chinos nos ven en el futuro.
Dijo todo eso y a las pocas horas de recibir la distinción de Profesor Honorario de la Universidad del Pacífico en mérito a sus altas cualidades profesionales e importantes aportes académicos como el padre de la estrategia moderna, regresó a su cátedra de Administración de Negocios en la Harvard University.
Los asistentes quedaron perplejos de escuchar verdades tan sencillas pero esenciales, que no venían de un ideólogo adversario, ni de un advenedizo. Venían de la voz del “Gurú del Management”, aquella lumbrera internacional que otrora escribiera el libro “Técnicas para analizar industrias y competidores”, que ha sido reeditado 53 veces y que está traducido en 17 idiomas.
Comentario De los comentarios consignados en el artículo, me parece digno de rescatar el siguiente:
“La falta de profesionales en economía da como resultado que esta situación se mantenga o, como sucede ahora, decaiga; hemos retrocedido. Hay formas para salir de esta crisis, una de ellas es la inversión pública en obras de infraestructura, otra es la reactivación de la minería. Sólo esas dos medidas servirían para reactivar la economía”.
De la publicación que estoy copiando, resulta evidente que el señor Porter se ha ocupado de la economía peruana de manera general; esto es, sin detenerse a analizar cuál es la incidencia de la pandemia del COVID-19 en ella, al menos no hace ninguna mención a la misma ni a sus efectos. Los peruanos sabemos que el problema sanitario mundial que nos afecta, ha desnudado nuestras falencias de índole económica, no precisamente por ponerlas al descubierto, que lo ha hecho, sino y principalmente ha puesto nuestras llagas económicas a la luz, de manera palpable, lo que significa que nos costará demasiado tiempo y esfuerzo recuperarnos para alcanzar el nivel socio-económico que teníamos antes de su inicio.
Pero, no debemos quedarnos ahí, no debemos fijarnos la meta de recuperar un nivel que era malo desde siempre, debemos aspirar a algo mejor: seamos una especie de “ave fénix” que se levanta de sus cenizas para alcanzar el nivel que le corresponde: pensemos en lo que sería el Tahuantinsuyo si fuera el verdadero Perú; sería una potencia mundial, ni más ni menos. Tomemos acción, ahora que nos vemos frente a una paralización forzosa en grado significativo: los mejores resultados se pueden obtener cuando los seres humanos son obligados a pensar, hagámoslo de manera ordenada y con la guía de las autoridades, porque ellas deben tomar a su cargo el manejo de esta situación, para que llegue a dar fruto.
Esto, con toda certeza, no es nada fácil; por el contrario, es muy difícil, casi inalcanzable. El señor Porter ha dicho en la conferencia que motiva esta Columna, cuál es el futuro que le espera al Perú si la economía sigue la inercia que ha mantenido a lo largo de muchos años, pero no ha dicho cómo evitarlo. Soy fiel creyente que nadie nos lo tiene que decir, que nosotros somos quienes tenemos que descubrirlo.
No me parece tan difícil: por lo menos en calidad de sugerencia, propongo que los diversos niveles de Gobierno, Nacional, Regional y Local, desarrollen campañas de concientización, motivando y guiando a la población a elaborar proyectos de desarrollo de todas y cada una de las áreas o campos de acción que componen nuestra vida como país y/o colectividades humanas, para que luego los mismos niveles de Gobierno los encaucen e inviten a la conformación de asociaciones público privadas con capitales nacionales y/o extranjeros, para ponerlos en ejecución. Para que quienes pueden aportar los capitales necesarios se puedan sentir atraídos, será necesario que nuestras autoridades emitan disposiciones legales que efectivamente les produzcan rendimientos atractivos, pero no excesivamente onerosos, así como garantías jurídicas para sus inversiones. El Estado tendría que ser, forzosamente, el gran respaldo ante dichas entidades que aportaran los capitales requeridos.
Dado que tenemos a la vista un proceso de elecciones generales, así como un cambio de Gobierno, lo que sugiero u otra medida que apunte al desarrollo económico y general del país, se podría igualmente empezar a llevar a la práctica mediante una muy amplia y completa difusión de la medida, de modo que, de todas maneras, sea conveniente y necesario continuar llevándola a la práctica en el nuevo Gobierno.
Como consecuencia de la información que he transcrito del discurso brindado por el señor Michael Porter, rescaté un comentario que se puede encontrar al pie de la información que menciono. Por mi parte, sugiero que los recursos inmediatos a los que el Perú puede apelar para generar medios financieros, son el yacimiento de litio descubierto en Puno en 2017 -el litio es el metal del que se hacen baterías para autos eléctricos, lo que nos convertiría en los “nuevos árabes” por poseer esa especie de “petróleo”-, que lo puede volver potencia mundial dada la envergadura estimada del yacimiento; y, el turismo, dada la calidad y cantidad de atractivos turísticos de toda índole con que cuenta nuestro país.
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