El 20 de mayo último, en horas de la mañana, tuve oportunidad de ver una noticia, en forma de video, que pasó Radio Programas del Perú (RPP Noticias) en el espacio noticioso que propala de 10:00 a 13:00 horas. Se trataba de un precoz reportero, de apenas 9 años de edad, de nombres Brad Suiwar Yanpiero (los apellidos no los tomé), que iba a entrevistar al candidato presidencial Pedro Castillo en su tránsito por una localidad del interior del país.
Al haber tenido noticia que el candidato iba a pasar por su lugar de residencia, el reportero más pequeño del Perú -a decir del periodista de RPP- se preparó apropiadamente, investigando sobre la vida del visitante y sus pretensiones como postulante. El noticiero pasó parte de la entrevista que hizo el chiquillo al candidato, apreciándosele mucha soltura al hacerla, lo que le ganó toda la atención del entrevistado. Al ser consultado sobre algún deseo en especial que pudiera tener, el niñito se refirió a una cámara sofisticada con la que podría hacer grabaciones especiales en video. Según mencionó el reportero de RPP, el pequeño es hijo de un maestro de ceremonias y también periodista; asimismo, que la afición por las cámaras de video le proviene de un tío que tiene muchas cámaras profesionales.
Este sábado 29 de mayo, la misma emisora RPP, dio a conocer y entrevistó a uno de los tres ganadores de un concurso iberoamericano de informática a nivel escolar en el que, por primera vez, el Perú ganó simultáneamente las medallas de oro, plata y bronce; es decir, venció brillantemente y en forma inobjetable a los demás equipos participantes.
A estas dos muy buenas noticias, debo agregar que en la misma estación televisiva ya mencionada, en forma casi desapercibida se está difundiendo un espacio denominado como el título de esta Columna de Opinión -o algo así-, La Buena Noticia del Día, cuya finalidad debe ser, justamente, destacar lo que su nombre indica. Este programa, que entiendo se exhibe de manera muy tímida y sin ningún despliegue publicitario -por describirlo de alguna manera-, podría estar viniendo a llenar un vacío, a satisfacer una necesidad que tenemos los televidentes peruanos de que lo que nos ofrecen las televisoras de señal abierta en nuestro país, no sea tan deprimente ni alienante como la programación que actualmente nos brindan.
Creo que viene al caso traer a colación parte de una Columna de Opinión, titulada Ausencia de Buenas Noticias II, que publiqué el 14 de noviembre de 2019, en la que decía lo siguiente:
“Con fecha 7 de febrero del año en curso publiqué una Columna de Opinión con similar título que la actual, en la que pretendía que los medios, en general, se preocuparan de cambiar su esencia informativa dedicando, también, la misma a resaltar las buenas noticias que se produjeran en cada jornada. Con ese cambio, en forma paulatina se conseguiría que nuestra población empezara, asimismo, a modificar sus valores y promoviera desde su individual iniciativa actitudes positivas en su entorno que llevaran, en conjunto, a un mejor nivel de vida de la población.
Todos recibimos, más tarde o más temprano, noticias dignas de ser difundidas por lo relevante y positivo de las mismas; estoy seguro de que, si los medios de difusión abrieran espacios para publicarlas y, paralelamente, pidieran al público que las alcanzara a dichos espacios, nos acostumbraríamos a prestarles atención por lo positivo de hacerlo. Naturalmente que, si la noticia de esa índole, diera motivo para resaltarla de forma mucho más notoria, …. tocaría a los propios medios de difusión destacarla.
No propugno, con esta sugerencia, que se deje de informar o que se deje de propalar noticias de toda índole; pero, sí, que a cada noticia se le dé el justo espacio que darla a conocer requiere.”
En esta oportunidad, quiero celebrar que, aparentemente, se estaría empezando a considerar la inclusión de otro tipo de información noticiosa para los televidentes, lo que a la larga ha de servir de inicio a una elevación del nivel cultural de nuestra población; que los medios de difusión, en este caso los de televisión, estuvieran comprendiendo, por fin, que son educadores y guías y, estuvieran actuando en consecuencia. Las dos buenas noticias con las que he iniciado esta Columna, pueden servir de ejemplo de lo aseverado.
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