La amistad, es un lazo inmaterial que surge entre dos o más seres humanos, del mismo o diferentes sexos -lo que generalmente es más difícil-, que convierte su relación en una unión normalmente “para toda la vida”. No es que las personas que la sienten fuercen la relación para llevarla a ese extremo; se va dando así entre ellas de modo que, cuando se dan cuenta, la estimación que tiene cada una por la(s) otra(s), es inconmensurable e indisoluble.
Una definición académica (extraída de internet), establece que la amistad es una relación afectiva que se puede establecer entre dos o más individuos, a la cual están asociados valores fundamentales como el amor, la lealtad, la solidaridad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso, que se cultiva con el trato asiduo y el interés recíproco a lo largo del tiempo.
Una de las motivaciones más comunes para que surja un sentimiento así entre dos o más personas, es la afinidad de sus caracteres, aunque no siempre es algo evidente o tangible. Los actos entre dichos seres, no necesariamente trascendentes, pero sí significativos para ellos, llevan su conducta mutua al nacimiento y desarrollo, dentro de cada uno, de una estimación muy grande, que se diferencia del amor en que no existe atracción sexual entre ellos, pero sí mucha comprensión que, las más de las veces, no requiere ser explícita.
Por lo general, este tipo de relación surge entre los seres humanos en la infancia o primera juventud, pero la edad cronológica no es forzosamente un parámetro obligatorio en la concreción de una amistad, pudiendo ocurrir hasta entre personas de la tercera edad, aunque es bastante menos común. La relación de amistad permite que cada uno de sus integrantes sienta tal confianza en el otro u otros, como para apoyarlo(s) o defenderlo(s) contra todo y contra todos, aún a costa de la propia tranquilidad.
A diferencia de los parientes consanguíneos, especialmente los hermanos, los amigos no nacen ligados a otras personas por ninguna forma de vínculo, empezando por el de sangre; sin embargo, cuando existe verdadera amistad entre dos o más personas, el lazo que las une es más fuerte que cualquier otra forma de unión entre los seres humanos, excepto el de padres -madre, en particular- con hijos o el matrimonial -cuando en esta unión existe verdadero amor-. De ahí, quizás, el concepto muy extendido de que “a los hermanos nos los dan los padres, a los amigos nos los da Dios”.
Los seres humanos solemos ser muy complejos, unos más que otros, por supuesto, al extremo que, por ejemplo, hay quienes ocultan su verdadera forma de ser bajo un verdadero marco de introversión; quienes así se comportan, por lo general son demasiado reacios a transparentar su verdadero yo y, por consiguiente, a hacerse de amigos. Otros, por su parte, viven “resentidos con el mundo”, por lo que tampoco son de mantener relaciones de amistad. Ambos tipos de caracteres son muy reducidos en número, frente a quienes acostumbran mantener amistades a lo largo de sus vidas.
A pesar de que la amistad es un sentimiento muy noble, resulta difícil hacer amigos verdaderos; es decir, que realmente estén inspirados en sentimientos similares a los de uno, por lo que es aconsejable tener mucho cuidado a la hora de concretar nuevas amistades: es mejor no tener nuevos amigos que desengañarse de él o los que finalmente terminan siendo “falsos” amigos. Para quienes valoran en mucho la amistad, descubrir esto último resulta ser muy doloroso.
Como final de la presente Columna de Opinión, me permito transcribir un poema que compuse en mis años de juventud, época en que los seres humanos, entre algunos de nuestros romanticismos, solemos encumbrar el sentimiento de amistad por encima de algunos otros, que posteriormente lo desplazan.
AMIGO
Amigo, es aquél te gusta ayudar Amigo, es aquél
por quien se siente y que, por siempre, a quien confías
una especie de amor; quisieras tener. una pena de amor;
es el que está, siempre, Amigo, es aquél que, con respeto,
dispuesto a un favor; que, como hermano, consuela tu dolor;
y, de quien nunca te tiende la mano; al que tú siempre,
se puede dudar. que, con cariño, estarás agradecido,
Amigo, es aquél consuela tu pena; deseando atender.
a quien tú quieres y, de tu vida, Amigo …………,
en todo servir; amarga condena, Amigo es aquél.
sin egoísmo, ayuda a soportar. ------------------------
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