Se acaba de producir, hacen muy pocos días, una inundación con aguas servidas en el distrito más populoso del Perú y de América del Sur (según algún noticioso de televisión), afectando a más de 1900 seres humanos, 283 viviendas y 26 locales comerciales. Esto se debe, de acuerdo a primeras noticias al respecto, a la rotura de una tubería matriz de desagüe en la intersección de una avenida importante del distrito y una calle muy populosa del mismo, lo que dio lugar a que dichas fétidas aguas se introdujeran a los inmuebles para alcanzar alturas de más de un metro dentro de ellos, como se pone en evidencia en información recabada por los reporteros de televisión.
Según se puede apreciar de esas imágenes televisivas, los daños materiales a las viviendas y comercios son cuantiosos, pero eso pasa a un segundo plano frente al impacto emocional y psicológico que debe haber ocurrido en las cerca de 2000 personas afectadas. (Al momento de redactar esta Columna, se da a conocer la noticia de que en uno de los pocos puntos de abastecimiento para la población damnificada, después de hacer cola de varias horas de duración para llenar dos depósitos, una señora subiendo una escalera en pésimo estado de conservación, tropezó, cayó y falleció por un golpe muy fuerte que recibió en el cráneo).
No me es posible imaginar qué emociones ni cuánto dolor e impotencia debe haber causado este desgraciado suceso en quienes lo han sufrido en carne propia, debe ser algo inenarrable. Tampoco imagino cómo debe ser la vida actual y a futuro inmediato de quienes están sufriendo las consecuencias de este atroz acontecimiento: la falta de agua (cuyo corte por Sedapal ha sido obligado, para que el aniego pare), el posible daño colectivo a la salud de esa gente, la imposibilidad de continuar usando los inmuebles cuando se supere el problema de la cañería, etc.
Pero, todo tiene su por qué: tuberías como la que ha colapsado en ese lamentable acontecimiento, no se rompen o explotan así, porque sí; algo muy grave tiene que haber ocurrido, para que las cosas sucedan de esa forma. Toca a nuestras autoridades determinar cuál ha sido la causa de esto, para que no vuelva a ocurrir; o, para estar de alguna manera preparados para cuando algo así volviera a suceder.
Por esto y no por buscar culpables solamente, se debe investigar de manera exhaustiva aspectos tales como:
- La calidad del proyecto que se elaboró y aplicó para instalar la tubería.
- Si contó con la aprobación pertinente, en cuyo caso, además, quién la suscribió.
- Verificar la idoneidad de los trabajos de instalación de la tubería, sirviéndose especialmente del Cuaderno de Obra.
- Si esa obra fue supervisada en la totalidad de su ejecución.
- Cuál fue el proceso de recepción de la obra, incluyendo las observaciones que se hubieran presentado y las formas en que fueron subsanadas.
- La historia de los procesos de mantenimiento que se hayan efectuado a esa tubería matriz.
Son varias las entidades que tienen responsabilidad en esto: Municipalidad de San Juan de Lurigancho, Sedapal, Ministerio de Vivienda, empresa(s) constructora(s), empresa(s) de mantenimiento (si las hay). Respecto a esto último, un vecino de una segunda zona afectada del distrito declaraba que Sedapal nunca ha efectuado trabajos de mantenimiento en la zona de su residencia, que “cobra, no más, pero nunca hace mantenimiento ….” (el declarante afirmó vivir 40 años allí).
La investigación prolija que se haga permitirá no solo encontrar a los responsables, sino también prevenir hechos similares, efectuando mantenimiento preventivo de las redes y no debiendo aplicar el correctivo (cuando ya ocurrieron las cosas y hay mucho que lamentar).
Un amigo de la infancia, actualmente residente en Estados Unidos, al que ha llegado toda este hecho noticioso (me imagino cómo se verá al Perú desde el extranjero), me sugirió ocuparme de este asunto tan denigrante, en la confianza de que mis lectores coincidirán con él (y conmigo) en la necesidad de tratar de evitar que hechos así vuelvan a ocurrir.
¡Que esta ingrata experiencia nos sirva de algo!. ¡Que aprendamos a ser el país grande y desarrollado que todos queremos!.
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