De acuerdo a información del Ministerio de la Producción al año 2017, el Perú es un país que se caracteriza, entre otras cosas, por su alta informalidad empresarial; es decir, si bien aproximadamente el 99.5 % de empresas en nuestro país son Pymes o Mypes, de ellas el 48.4 % de Mypes no están inscritas en SUNAT, por lo que se les considera informales. Sin embargo y dado su altísimo volumen, este ramo empresarial es el mayor generador de empleo actualmente en el Perú.
Según información de la Agencia Andina de Noticias, con motivo de la XIII Expo Pyme 2018, a pesar de que las Pymes y Mypes brindan empleo al 75 % de la población económicamente activa (PEA), al cabo de tres años estas empresas terminan desapareciendo, citando declaraciones de la presidenta del gremio organizador del evento, la Cámara de Comercio de Lima, señora Yolanda Torriani. La razón de la corta vida de dichas empresas es que, “Las Pymes, al no contar con un buen apalancamiento de capitales de trabajo y no alcanzar economías de escala, sus costos fijos no les permiten acceso a consultorías y asesorías que les faciliten planes de crecimiento acorde a su tamaño”. Por consiguiente, si bien las pequeñas y micro empresas son las mayores generadoras de empleo en el país, dada su corta vida útil promedio, no satisfacen plenamente las necesidades laborales de la población.
Una consecuencia lógica de lo dicho anteriormente, la principal desde mi punto de vista, es que si la fuente más importante de empleos en el Perú adolece de esta suerte de destino fatal, la empleabilidad en el Perú carece de bases sólidas. Es necesario hacer algo y hacerlo ya: algo que implique un cambio fundamental, que promueva significativamente al sector Mipyme, al extremo de que este tipo de empresas, no sólo alcance una expectativa de vida indefinida, sino que ellas se formalicen y que se conviertan en competitivas, lo que actualmente no sucede si, como indica el Ministerio de la Producción en su documento Estadística Mipyme del año 2018, sólo el 6 % de las empresas de este sector acceden al sistema financiero regulado.
Obviamente, el desarrollo de estas empresas, que de eso se trata, implicará, aparte de un incremento de la empleabilidad, la solidez de su oferta laboral, así como la estabilidad de sus trabajadores, no sólo porque estas empresas tengan mucha mayor vida útil o vida indefinida en el mercado empresarial, sino también porque dependerán de los conocimientos y capacidad del personal que ellas mismas hayan contribuido a formar.
Pero este desarrollo de las empresas Mipyme no será producto de medidas que adopte y disponga el Estado, creo que el sector tiene ya muchos años de existencia sin que esto se produzca; no se producirá de “arriba hacia abajo”, todo lo contrario, debe producirse de “abajo hacia arriba”. Por lo tanto, quienes decidan arriesgar sus recursos básicamente financieros en el lanzamiento de una Pyme o Mype, deberán entender que no basta con disponer de un capital para este fin, sino y sobre todo es imperativo contar, también, con conocimientos y experiencia tales que les permitan afrontar el reto con posibilidades de éxito.
En una Columna de Opinión anterior, referida a la conveniencia de formar alianzas estratégicas entre Pymes, hacía ver la necesidad de contar con conocimientos o recibir capacitación que permita a las empresas que eventualmente consideraran esa posibilidad afrontarla con expectativas de éxito y, brindaba una relación de materias que cubrirían esa necesidad inicial, las mismas que repito a continuación:
· Gestión Empresarial.
· Alianzas Estratégicas.
· Autoestima para el desarrollo empresarial.
· Planificación Estratégica.
· Planeamiento Tributario.
· Microfinanzas para Mypes.
· Marketing.
· Asociatividad.
Nota.- Evidentemente, los temas Alianzas Estratégicas y Asociatividad corresponden a la necesidad de contar con conocimientos al respecto para el caso de que existiera la posibilidad de conformar una alianza, pero contar con ellos permitiría a la mini o micro empresa la posibilidad de conformarla en algún momento, para darle mayor solidez. Demás está decir que la capacitación en estos temas servirá indefinidamente a quienes la reciban, de forma independiente a la concreción o no de una alianza estratégica.
El tema social, que es brindar empleo a la población económicamente activa, sería ampliamente cubierto, de la mano con su propio desarrollo empresarial, si quienes se decidieran a emprender la constitución de pequeñas, medianas y micro empresas optaran por capacitarse, previamente a intentarlo.
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