El lunes 6 de abril último, por disposición del Gobierno se inició, para los colegios de instrucción pública y se reinició, para la gran mayoría de colegios privados, el año escolar 2020, aunque esta vez y debido a las obligadas medidas para preservar la salud de la población ante la pandemia que tiene en cuarentena a la mayoría de países del planeta, entre ellos el Perú, a distancia.
Y es a distancia, no sólo virtual, porque muchos de los educandos, especialmente de los niveles socioeconómicos C y D, así como los del sector rural, no disponen de medios de cómputo a su alcance, pero sí pueden hacerlo de teléfonos celulares, televisión y/o radio. Es decir, mediante los medios a su alcance, el Estado está llegando, esperemos que no sólo intentando hacerlo, hasta los lugares más recónditos de nuestro país, con el afán de permitir la formación que toca este año a toda nuestra población escolar.
Es todo un esfuerzo de las autoridades del sector Educación y de quienes tienen participación en los diferentes niveles de responsabilidad del mismo, que merece un reconocimiento y aplauso dignos de quienes aportan su formación y capacidad para cumplir con lo que les corresponde. No por el hecho de que sea esta su obligación, se debe dejar de felicitar y agradecer lo que quienes integran este sector hacen, máxime si se ha publicado recientemente que el plan respectivo se elaboró en tan sólo doce días.
Quienes están a cargo de la mayor responsabilidad del programa, han conseguido que varios canales de televisión de señal abierta brinden espacios gratuitos para transmitir programas de enseñanza escolar; asimismo, vía radio también se hace otro tanto mediante estaciones radiodifusoras de alcance local en provincias. Aparte de ello, por supuesto, todo el plantel docente dedicado a la enseñanza escolar se ha adecuado -o, lo está haciendo- a esta modalidad, que viene a ser totalmente nueva en el Perú; el criterio que se aplica, al menos en los colegios privados, es que cada alumno recibe clases a distancia de sus respectivos profesores normales.
Cabe mencionar, en esta Columna de Opinión, el caso publicado recientemente, de un profesor de Chancay que, para enseñar a distancia a alumnos pequeños, se disfraza de personajes de dibujos animados para hacerles las clases atractivas y entretenidas. También, se ha publicado el caso de la periodista Fátima Saldonid que se dedica desde hacen del orden de diez años al dictado de cursos por televisión, que está usando la experiencia ya ganada para dictar el programa Aprendo en Casa, el cual se transmite vía internet (www.aprendoencasa.pe), radio y televisión; ella se ocupa del espacio dedicado a Inicial (niños de 3 a 5 años), dando clases a distancia y material educativo, mientras que sus colegas Paola Moreno a Primaria y Patricia Barreto a Secundaria.
En una entrevista televisiva, la Directora de Educación Básica Regular del Ministerio de Educación, señora Blanca Núñez, declaró que el primer día del programa de Educación a Distancia o No Presencial, que no se puede saber actualmente de qué duración llegará a ser, había contado con una asistencia del orden de 4 millones 300 mil educandos. Si se tiene en cuenta que se espera cubrir una demanda de 6 millones de ellos, casi podría decirse que se va a alcanzar la meta en cuanto a beneficiarios; no es necesario decir que es de esperar y se desea que el programa tenga éxito total desde su principio hasta su fin.
Incluso, obligados por la aciaga circunstancia de la pandemia, que es y por un tiempo aún impensable será el principal motivo de preocupación a nivel país, en el campo de la Educación, como probablemente en muchos otros, se está innovando de manera que los escolares logren sus conocimientos de manera no presencial: nadie puede negar la posibilidad de que esta modalidad se convierta, en lo sucesivo y de acuerdo a necesidades, en un método más de instrucción para aquellas criaturas que debían desplazarse muchas horas para asistir a clases presenciales en épocas en que su dictado era lo que hasta ahora hemos considerado “normal”.
Se ha dado a conocer, asimismo, que el dictado de clases no presenciales, también cuenta con disposiciones similares para impartir los conocimientos curriculares que corresponda a institutos superiores y universidades, con lo que se cubre todo el espectro formativo para quienes lo requieren y han venido participando de él en su fase presencial. Es una labor desde todo punto de vista titánica que ha asumido el Gobierno, por medio del Ministerio de Educación, lo que no puede sino destacarse y llegar a la conclusión de que por muy improvisada que haya sido esta segunda parte del Gobierno Constitucional en el presente período gubernamental y, a pesar de las diferentes situaciones anómalas que le tocó pasar a lo largo de su corto período de gestión, esta tarea la está asumiendo con mucha responsabilidad y no nos queda sino apoyarlo, para nuestro propio beneficio.
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