Una gran amiga peruana, residente y directora de una ONG en Estados Unidos, me envió recientemente una foto suya haciendo propaganda a la cruzada que titula esta columna de opinión, sugiriéndome que me ocupe del tema en este espacio.
Realmente, me parece importante que se esté produciendo una campaña con esa finalidad allá, en los EE.UU., cuando en ese país han sucedido crímenes contra los judíos en reiteradas ocasiones, la más reciente de ellas el 28 de octubre último, cuando un ultraderechista disparó a mansalva contra fieles en una sinagoga, matando por lo menos a once personas e hiriendo a otras seis; este suceso, en su momento, fue calificado por algunos como el mayor ataque contra la comunidad hebrea que se tiene recuerdo en suelo estadounidense. El individuo que la perpetró, llegó fuertemente armado, con pistolas, a la sinagoga y empezó a disparar a los presentes al grito de “¡todos los judíos deben morir!”.
¿Por qué sucede esto en Estados Unidos?. Una explicación podría ser la pluralidad de razas existente en ese país; es decir, así como hay judíos, también hay, entre otros, musulmanes provenientes de varios países, cuya religión los fanatiza al extremo de cometer delitos contra la humanidad como el anotado. También, podría ensayarse otra: en Estados Unidos, la ultraderecha es muy fanática y, debido a que allá es común obtener licencia para portar armas, cualquier persona con la calificación mencionada puede cometer asesinatos en masa, lo que por otra parte podemos leer con increíble frecuencia en noticias periodísticas provenientes de ese país.
Aparte de las dos explicaciones anotadas, deben haber más; sin embargo, hay una que me resulta la más preocupante: el antisemitismo dio lugar a que Hitler encontrara un motivo tangible para querer dominar Europa, primero, para seguir con el resto del mundo, si esto hubiera estado a su alcance…..; no olvidemos que, con ataques contra los judíos cada vez más fuertes, comenzó el racismo en Alemania, para desencadenar luego la Segunda Guerra Mundial.
En realidad, como todos sabemos, las muestras de racismo son muchas y aún frecuentes, inspiradas por gente obsesionada por la creencia de que existen diversos niveles de pureza en razas, credos o antivalores tan absurdos como estos. Creo que entidades como las Naciones Unidas, por ejemplo, debieran hacer campañas para inculcar en los seres humanos, de todo nivel y origen étnico, religioso y/o de clase, que todos somos iguales, que somos seres pensantes que nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, sin importar el color de nuestra piel, las creencias religiosas que profesemos, ni la clase social o el poder económico que ostentemos; que no nos llevamos nada al Más Allá, que por igual nos van a llorar quienes nos aman e igual nosotros vamos a llorar a quienes amamos, cuando nos dejen.
Es necesario que los hombres aprendamos a vivir y convivir con los demás, que desterremos esos odios que surgen de sentimientos carentes de afecto por nosotros mismos, al final. Independientemente de que todos y cada uno queremos el desarrollo y mejora de nuestros países de origen, debemos tener, como la meta mayor de nuestra existencia, el desarrollo de la vida en la Tierra, nuestra gran patria; y, el bienestar de la humanidad, en general.
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