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Foto del escritorAlfonso Abad Porras

APROVECHAMIENTO INDEBIDO DE PANDEMIA

En estos tiempos de pandemia que tienen a la humanidad toda en problemas serios de salud y muerte, según el país de que se trate, asistimos en el Perú a una suerte de desgracia adicional que es lo que el título de esta Columna de Opinión define: hay gente -resulta inadecuado llamar así a esos seres- que se aprovecha de esta situación, para lucrar o sacar alguna forma de provecho propio a costa o en detrimento de quienes sufren cualquier forma de necesidad.


Lo vemos en los medios de comunicación constantemente, desde los que quieren cobrar más por el producto de que se trate, siendo uno de los ejemplos más clamorosos la venta de oxígeno para aquellos cuyo nivel avanzado de la enfermedad exige su uso. Como es sabido, la antítesis de los desalmados que aprovechaban la urgente necesidad de oxígeno de muchos enfermos prácticamente a las puertas de la muerte, fue el llamado “Angel del Oxígeno” de San Juan de Miraflores, señor Mario Romero Pérez, quien vendía el metro cúbico de oxígeno a S/ 15.00, precio justo que no cobraba ningún otro vendedor de este hoy muy requerido gas; el señor Pérez lamentablemente, falleció a causa del COVID-19, pero sus familiares y trabajadores dijeron que iban a seguir su ejemplo.


Otros, son los que suben el precio de algunos artículos de primera necesidad o muy requeridos a causa precisamente de la pandemia, procurando un lucro excesivo sin importarles que mucha gente se quedó sin trabajo a causa mayoritariamente del cierre de las empresas para las que trabajaban, las que a su vez se vieron obligadas a cerrar sus operaciones, también debido a la pandemia.


Existen, como infaltables en hechos de esta naturaleza, los microbuseros -cuándo no- que, por ganar pasajeros y quizás a mayor precio que antes de la cuarentena decretada inicialmente a mediados de marzo (de lo que no puedo dar fe, porque desde entonces no utilizo movilidad pública), son capaces de atropellar y/o arrastrar a pasajeros indefensos -como el caso de una niña de cuatro años o de una joven señora embarazada, según han dado cuenta los noticieros de televisión en días recientes-, sin importarles tampoco si sus víctimas quedan sin vida, “regadas” en cualquier calzada.


Hay, asimismo, aquellos que aprovechan la intrepidez y falta de responsabilidad de los más jóvenes, para incentivarlos a que asistan a reuniones del tipo juergas, en las que abunda el licor y la falta de cuidado por el posible contagio que, aparte de podérseles transmitir a ellos mismos, lo llevarán consigo hasta sus familias en las que a alguien le hará mella y podrá hasta causarles la muerte. El ejemplo más cruel de las consecuencias de estas convocatorias, es el reciente de una “reunión” convocada vía redes sociales en el distrito de Los Olivos, en el local denominado Restobar Thomas, a la cual asistieron cerca de 120 jóvenes de ambos sexos el sábado 22 de agosto. Según las primeras publicaciones al respecto, como consecuencia del reclamo de vecinos al paso de un vehículo policial, los ocupantes pidieron apoyo e ingresaron al establecimiento anunciando que iban a detener a los asistentes, por estar celebrando una reunión que contravenía disposiciones expresas vigentes, por las cuales se prohíbe reuniones de ese tipo, así como consumo de licor como el que se ingería en la misma.


Esto provocó una estampida y muchos trataron de escapar, para cuyo efecto debían bajar una angosta escalera y salir a la calle por la única puerta del local. Aún no se conoce la causa de que dicha puerta (metálica) se cerrara, pero al suceder así los asistentes, que bajaban en tropel, se atropellaron unos a otros y pisotearon posiblemente a quienes estaban adelante, empujándolos a la vez contra la puerta y, desgraciadamente, mataran a 13 de ellos, doce mujeres y un hombre, asfixiándolos con su peso además de pisotearlos.


(Al momento de publicar esta Columna de Opinión, se conoce que el jefe de los efectivos policiales que tuvieron a su cargo la intervención (del Escuadrón Verde de la policía) mintió al dar el informe a sus superiores, lo que ya ha costado la reubicación de los oficiales de la línea de mando, estando pendiente la posible salida del Ministro del Interior, como responsable político).


Este lamentable suceso ocurrió porque a un ser humano, que no tiene derecho a ser tratado como tal, se le ocurrió organizar esta reunión para su propio provecho. Todavía, no se sabe si habrá otras consecuencias derivadas de asistentes que ya padecían el COVID-19, pero sí se ha podido conocer que entre los fallecidos habían once contagiados y, entre los 23 detenidos, otros quince.


Sin negar que pueden y deben haber otros ejemplos de la forma en que algunos se aprovechan indebidamente y en su propio beneficio de las necesidades ajenas, no se puede dejar de mencionar en esta breve Columna, que los delincuentes también hacen de las suyas, llegando a maltratar y hasta matar a otros seres humanos, por despojarlos de algo de su propiedad que ellos luego mal baratean.


Creo que el Gobierno debe poner mano dura, para que estas cosas no sigan sucediendo. No se trata de disparar un sólo tiro, ni de meterlos presos -me refiero a los que no lleguen a cometer delito, aunque casi todos o todos los ejemplos mencionados lo configuren-: creo que bastaría con meter a todos los que sean encontrados en falta, especialmente por contravenir las disposiciones actualmente vigentes, en canchas deportivas vacías, no sólo a causa de dichas disposiciones, sino porque esto se debiera hacer entre las once de la noche y las tres de la madrugada, y bañarlos con potentes chorros de agua a ser dirigida a ellos por el conocido “pinochito”.


¡Algo hay que hacer y ya! De nada sirve sólo decir que hay gente que no respeta las disposiciones, que son unos irresponsables, que no les importa o no piensan que pueden llevar el virus de la pandemia a sus familiares.



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ESSALUD

2 Comments


Alfonso Abad Porras
Alfonso Abad Porras
Sep 06, 2020

Mucho agradezco su nueva lectura y comentario, raccon 8. Al publicar la Columna de Opinión sobre la que usted opina, mi intención es hacer notar que debe haber "mano dura" con todos los infractores de las disposiciones que se dicten, que las autoridades dejen las vacilaciones (a las que usted se refiere, acertadamente desde mi punto de vista) de lado y dispongan acciones tan enérgicas como para desalentar a quienes lo merezcan (los infractores, naturalmente), pero sin que al hacerlo den lugar a gestos políticos reprobatorios que sólo buscan figuración populista; por eso, es que sugiero que se bañe a esa gente con chorros de agua fría en horas de la madrugada en canchas deportivas vacías.

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raccon8
raccon8
Sep 03, 2020

Amigo, estamos espectando actitudes que pintan de cuerpo entero a la población mayoritaria del país. Unos, porque tienen escasa instrucción, otros porque les sobra soberbia, pero ambos grupos manifiestan el hastío que está dominando las ciudades por no llegar a una solución nacional. Ya no se qué pensar de la obediencia , el respeto a las reglas del gobierno, que no han llegado a la conciencia ciudadana, porque las propias autoridades están vacilantes. La merma económica de las familias es notoria, sobre todo de aquellas que viven de sus negocios. Sinvergüenzas siempre han existido y ya somos testigos de tiempos en que el país sufría de colas interminables, falta de alimentos, etc. Esta pandemia, va a acabar con la vida…

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