Luego de la obligada inasistencia a las aulas escolares como consecuencia y en prevención de los efectos de la pandemia de COVID-19, con el retorno de niñas, niños y adolescentes a sus centros habituales de formación, algunas entidades han visto la necesidad de crear, de manera separada, dos movimientos con fines de protección a este preciado segmento de población, por haberse puesto de manifiesto una serie de actitudes en contra de algunos de ellos, que se pueden tipificar bajo la denominación de acoso escolar. Dada la necesidad de que trasciendan y produzcan el resultado deseado, es de la mayor importancia darlos a conocer de manera mucho más amplia de la que hoy es de dominio público al respecto.
Un primer paso en el sentido indicado, lo dio el Ministerio de Educación, en el contexto de la Estrategia Nacional contra la Violencia Escolar, denominada “Paz Escolar” (2013-2016); como uno de sus componentes, se creó el Portal SíseVe - Sistema Especializado en reporte de casos sobre Violencia Escolar. Esta, es una excelente herramienta de gestión para las escuelas, las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL), las Direcciones Regionales de Educación (DRE) y el mismo Minedu, entidades que pueden tomar decisiones articuladamente para atender y prevenir situaciones de violencia escolar. Por ejemplo, en un informe suscrito por la entonces Ministra de Educación, señora Flor Pablo, denominado Informe 2013-2018, se indica que “Este innovador portal ha permitido, a lo largo de sus poco más de cinco años de funcionamiento, atender efectivamente a más de 20 mil casos de violencia escolar reportados desde las 53 mil instituciones educativas afiliadas de todo el país”.
El portal SíseVe, es una aplicación virtual alojada en la dirección www.siseve.pe, la que permite que cualquier persona pueda reportar un caso de violencia escolar. Los reportes pueden ser realizados por personas que hayan sido víctimas, testigos o tengan conocimiento de un hecho de violencia o acoso escolar. La Especialista de Convivencia Escolar Stefanie Arce, insta a reportar casos de violencia física, sexual o psicológica contra las y los estudiantes y evitar el silencio; explica que la mejor forma de afrontar el problema de violencia psicológica en el ambiente escolar, es trabajar en temas de prevención, sensibilización, identificación y el reporte inmediato de los casos a la plataforma SíseVe del Minedu. “El silencio es la primera traba a superar, la víctima no debe dudar en reportar. Los padres de familia deben estar atentos a las características que pueden presentar sus hijos o hijas: pérdida de confianza, aislamiento, miedo, afectación a su rendimiento académico, tristeza o ansiedad; pueden ser un indicador de que algo malo esté pasando en la personalidad del escolar”, refiere.
SíseVe es una plataforma virtual que visibiliza hechos de violencia que se producen y afectan a los estudiantes. La violencia escolar se da entre pares (compañeros de la escuela) o por parte de personal de la institución educativa y puede ser física, psicológica o sexual; es importante tener en cuenta que el reporte de un caso siempre es confidencial. Arce recordó que existen diversos medios para reportar casos de violencia escolar en forma confidencial y segura: la página http://www.SíseVe.pe/web/ del Minedu, la línea telefónica 0800 76888 o al WhatsApp 991 410 000. Además, la escuela brinda asesoría, soporte emocional y otras acciones para la protección del estudiante. “Si un afectado guarda silencio, no va a parar el círculo vicioso de la violencia, no solamente está la persona que agrede o es víctima de acoso, los testigos que puedan presenciar el hecho también pueden denunciar”, recalcó. Finalmente, instó a los escolares, padres de familia y docentes, a dialogar para generar confianza en la comunidad estudiantil, como alternativa para una buena convivencia en la sociedad.
La violencia escolar es un problema complejo que afecta el desarrollo de las niñas, niños y adolescentes, su salud mental y el logro de sus aprendizajes; una escuela segura, libre de violencia y todo tipo de discriminación, es el único escenario posible para el desarrollo de las ciudadanas y ciudadanos que requiere nuestro país.
El portal es una invitación a toda la sociedad a prestar especial atención sobre la importancia de promover la convivencia y de prevenir y atender la violencia escolar. En la plataforma del SíseVe, se consideran 7 tipos de violencia: sexual, con armas, física, hurto, psicológica, por Internet y verbal. Por otro lado, la estadística producto de los resultados anuales del uso de este portal, permite concretar que, para algunos tipos específicos de violencia, hay diferencias considerables según el sexo del estudiante agredido. Cabe destacar que el mayor porcentaje de personas agredidas son niñas o adolescentes mujeres.
El acoso escolar entre estudiantes o bullying, es un tipo de violencia que agrupa a un conjunto de conductas intencionales de hostigamiento, falta de respeto y agresiones físicas, verbales o psicológicas. Este tipo de violencia se da de forma reiterativa por parte de uno o varios estudiantes, con el objetivo de intimidar, excluir o discriminar a la víctima.
Por otro lado, UNICEF y Latina lanzaron una campaña con el nombre Quitémonos La Venda, con la finalidad de llamar la atención de la sociedad en su conjunto frente a la violencia sexual hacia niñas, niños y adolescentes en sus diferentes expresiones. La misma, se debe a que a diario se reportan cerca de 30 casos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes en el Perú; los que no se reportan podrían ser muchos más. Además, cada día cuatro niñas menores de 14 años se convierten en madres como consecuencia de una violación sexual. Estos casos ocurren mucho más cerca de lo que pensamos.
En el Perú, la carencia de un sistema único de registro de casos impide cuantificar la magnitud de esta problemática en su real dimensión. Sin embargo, incluso el subregistro, evidencia la gravedad del asunto: Entre 2017 y 2021 hubo 54,546 casos reportados de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, lo que deja un promedio de 30 casos al día. De estos, 92% corresponde a niñas y adolescentes mujeres, y 8% a niños y adolescentes hombres.
Esta campaña tiene la finalidad de combatir cinco grandes desafíos:
· Que se reconozca el impacto en la vida de las víctimas y en el desarrollo de la sociedad.
· Desmitificar la idea de que el abuso contra niñas, niños y adolescentes sólo sucede en estratos socioeconómicos bajos, en zonas rurales o culturalmente diversas.
· Desmitificar que el abuso sexual hacia niñas, niños y adolescentes de ambos sexos, refiere a eventos fortuitos y que el agresor o la agresora es una persona ajena al entorno familiar, educativo o social de la víctima.
· Promover el diálogo para identificar acciones de prevención contra la violencia sexual hacia niñas, niños y adolescentes.
· Contar con acceso a un protocolo de atención inmediata que atienda las consecuencias de la violencia sexual.
Ambos esfuerzos por combatir el daño que se inflige de diversas maneras a quienes aún no llegan a la adultez, merecen todo el apoyo de la sociedad; pero, para ello, deben tener muy amplia difusión, de modo que no sólo se hagan de conocimiento del público en general, sino también y especialmente, de las potenciales víctimas, lo que implica que el primer espacio de la difusión mencionada, deben ser las propias aulas escolares y con el mayor énfasis, recalcando incluso tanto las formas de dar a conocer el acoso, como las penalidades a que está expuesto.
Cabe aplaudir la creación de ambos movimientos; más aún si en los actuales momentos, el retorno a las aulas escolares ha desnudado comportamientos que antes de la pandemia no se producían en la cantidad que actualmente ocurren.
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